La vida Después del instituto (Kiyotaka x Suzune)

CAPITULO 7 : El Primer paso

El sol de la mañana entraba a raudales por las ventanas, proyectando un cálido resplandor sobre el salón mientras Suzune observaba a su hijo Haruto en el suelo.

A sus siete meses, Haruto se había convertido en un bebé enérgico y curioso, con sus ojos brillantes explorando constantemente el mundo que le rodeaba.

Hoy era un día especial, Suzune podía sentirlo. Haruto estaba cada vez más cerca de gatear y tenía la sensación de que hoy podría ser el día.

Miró a Kiyotaka, que estaba sentado en el sofá, con una suave sonrisa en los labios mientras observaba a su hijo.

"Creo que lo va a hacer hoy". dijo Suzune, con la voz llena de expectación.

Kiyotaka asintió, sin apartar los ojos de Haruto. "Lleva tiempo intentándolo", respondió. "Veamos a quién decide arrastrarse".

Suzune sonrió ante la idea. "¿Qué tal si lo convertimos en un pequeño juego?", sugirió, con un tono juguetón en la voz.

"Nos sentaremos a ambos lados de él y veremos a quién se arrastra primero".

Kiyotaka enarcó una ceja, con un atisbo de diversión en los ojos. "¿Estás preparada para perder, Suzune?", bromeó con suavidad.

Suzune se rió, sacudiendo la cabeza. "Ya lo veremos", dijo, sentándose en el suelo frente a Kiyotaka, con Haruto en medio.

Se acomodó en su sitio y llamó a su hijo, que estaba tumbado boca abajo, con sus brazos y piernas regordetes pataleando excitados.

"Ven aquí, Haruto"

arrulló Suzune, su voz dulce y alentadora.

"Ven con mamá".

Haruto la miró, con los ojos brillantes de curiosidad. Desplazó ligeramente su peso y sus pequeñas manos presionaron la mullida alfombra mientras intentaba averiguar qué hacer a continuación.

Kiyotaka se inclinó ligeramente hacia delante, con una cálida sonrisa en el rostro.

"Vamos, Haruto", dijo, con voz tranquila y firme. "Tú puedes hacerlo. Ven con papá"

Por un momento, Haruto pareció considerar sus opciones, con los ojos oscilando entre sus padres.

Luego, con una expresión decidida, se levantó sobre las manos y las rodillas, tambaleándose ligeramente mientras trataba de encontrar el equilibrio.

Suzune contuvo la respiración, con el corazón palpitándole de emoción mientras veía a su hijo hacer su primer intento real de gatear.

Podía ver la determinación en sus ojos, los pequeños engranajes girando en su mente mientras descubría cómo moverse.

Con un pequeño gruñido de esfuerzo, Haruto levantó una mano y luego la otra, y su pequeño cuerpo avanzó con un torpe y adorable arrastrar de pies.

El corazón de Suzune se hinchó de orgullo al verle dar aquellos primeros pasos inseguros sobre manos y rodillas.

"Vamos, Haruto", le animó, con la voz llena de amor. "Lo estás haciendo muy bien, cariño".

Pero a pesar de sus esfuerzos por atraerlo hacia ella, Haruto parecía haberse decidido. Dirigió su atención hacia Kiyotaka, una amplia sonrisa desdentada se dibujó en su rostro mientras seguía arrastrándose hacia delante, su pequeño cuerpo moviéndose con más confianza a cada paso.