La casa de los Ayanokouji bullía de expectación. Haruto acababa de terminar su primer año en la escuela secundaria más prestigiosa de Japón, y hoy recibirían su boletín de notas.Era un ritual que se había convertido en parte esencial de sus vidas: reunirse en familia para revisar y celebrar los logros de Haruto.
Kiyotaka y Suzune estaban sentados en el salón, intercambiando miradas mientras esperaban. La habitación estaba bañada por el suave resplandor del sol de la tarde, un calor reconfortante que reflejaba el orgullo que sentían por su hijo.
Haruto se había convertido en un joven inteligente, decidido y amable, y no podían estar más orgullosos.
Finalmente, Haruto entró con el sobre que contenía su boletín de notas. A los doce años, ya se había hecho un nombre en la escuela no sólo como alumno aventajado, sino como presidente del consejo estudiantil, un cargo que tenía mucho peso en una institución tan prestigiosa.
"¿Estás listo?" preguntó Suzune, con voz cálida, mientras sonreía a su hijo.
Haruto asintió con la cabeza, con su propia emoción atemperada por la serena confianza que había heredado de sus padres.
"Creo que sí"
respondiendo, abriendo con cuidado el sobre y sacando el boletín de notas.
Kiyotaka se inclinó hacia delante, con una expresión tan serena como siempre, pero Suzune pudo ver el orgullo brillar en sus ojos. Haruto entregó el boletín de notas a su madre, que lo desdobló con una mezcla de expectación y afecto.
Los ojos de Suzune recorrieron el boletín de notas y, al leer cada línea, su sonrisa se hizo más amplia. "Haruto", empezó, con la voz rebosante de orgullo, "lo has vuelto a hacer. Notas perfectas en todas las asignaturas".
Haruto sonríe y su rostro se ilumina de felicidad. "Me he esforzado mucho este año", dijo, mirando a su padre en busca de aprobación.
Kiyotaka asintió, con una pequeña sonrisa en la comisura de los labios. "Lo has hecho excepcionalmente bien, Haruto", dijo, con voz firme pero llena de emoción.
"No sólo en los estudios, sino también al frente del consejo estudiantil. No es poca cosa".
Las mejillas de Haruto se sonrojaron de orgullo, pero se mantuvo humilde. "Aprendí mucho observándolos a ti y a mamá", admitió.
"Ambas me enseñasteis a centrarme y a trabajar duro, pero también a preocuparme por la gente que me rodea".
El corazón de Suzune se hinchó de amor y orgullo cuando alargó la mano para tocar la de Haruto.
"Te has convertido en un joven increíble, Haruto", dijo suavemente.
"Estamos muy orgullosos de ti, no sólo por tus logros, sino por la persona amable y responsable en la que te has convertido".
Haruto sonrió, sintiendo una profunda satisfacción al mirar a sus padres. "Gracias, mamá. Gracias, papá. No podría haberlo hecho sin vosotros".
Kiyotaka se echó hacia atrás, con una mirada contemplativa.
"Has logrado mucho este año, Haruto, pero recuerda que esto es sólo el principio", dijo pensativo.
"Habrá más retos por delante, y cada uno de ellos te enseñará algo nuevo".
Haruto asintió, comprendiendo la sabiduría de las palabras de su padre. "Lo sé, papá. Estoy preparado para lo que venga".
Justo entonces llegaron los padres de Suzune y su hermano Manabu, junto con su esposa Tachibana. Habían venido a unirse a la celebración, ansiosos por conocer los progresos de Haruto.
Manabu saludó a su sobrino con una rara sonrisa, suavizando su habitual expresión severa.
"Veamos cómo le ha ido al presidente del consejo estudiantil", dijo, cogiendo el boletín de notas de Suzune y escaneándolo.
Sus cejas se alzaron ligeramente en señal de sorpresa. "Puntuaciones perfectas en todo. Te has superado a ti mismo, Haruto".
Tachibana se inclinó para mirar el boletín de notas y sus ojos se abrieron de admiración. "Es increíble, Haruto. Eres un auténtico superdotado", dijo con voz cálida.
Haruto, un poco avergonzado por tanta atención, sonrió modestamente. "He trabajado duro, eso es todo", dijo en voz baja.
El padre de Suzune, que había estado observando en silencio, habló con tono orgulloso.
"El trabajo duro y la determinación son importantes, pero está claro que tienes un talento natural, Haruto. Sigues los pasos de tu padre y quizá incluso los superes".
Kiyotaka, al oír esto, permaneció en silencio, pero apoyó una mano en el hombro de Haruto, un gesto silencioso de apoyo y ánimo. Suzune se percató del sutil intercambio y sonrió, sintiendo una profunda satisfacción.
La familia se reúne en torno a la mesa para celebrarlo, con un ambiente lleno de alegría y orgullo. Compartieron historias, rieron y hablaron del futuro de Haruto, mientras disfrutaban de una cena especial preparada por Suzune y Tachibana.
A medida que avanzaba la velada, Haruto se excusó para comprobar algunos asuntos del consejo estudiantil, dejando que los adultos hablaran. Manabu se volvió hacia Kiyotaka, con tono serio pero respetuoso.
"Kiyotaka, los logros de Haruto son impresionantes", dijo. "Está claro que no sólo ha heredado tu intelecto, sino también tu sentido de la responsabilidad. Es raro ver tanta madurez en alguien tan joven".
Kiyotaka asintió, reconociendo las palabras de su cuñado.
"Haruto siempre ha sido centrado y decidido. Pero también ha aprendido a equilibrar eso con empatía, algo que le agradezco".
Suzune, al escuchar la conversación, sintió un profundo orgullo tanto por su marido como por su hijo.
"Haruto tiene un buen corazón", añadió en voz baja. "Está decidido a marcar la diferencia, y le apoyaremos en todo momento".
Esa misma noche, después de que los invitados se marcharan, Suzune y Kiyotaka se sentaron juntos en la tranquilidad de su hogar, reflexionando sobre los acontecimientos del día.
Haruto ya se había ido a la cama, agotado pero feliz tras el largo día de celebraciones.
"Sabes, Suzune", empezó Kiyotaka, con voz pensativa, "ver a Haruto crecer y lograr tanto me recuerda el camino que hemos recorrido juntos.
Pero también me muestra cuánto más puede llegar".Suzune asintió, apoyando la cabeza en el hombro de Kiyotaka. "Es capaz de tanto, Kiyotaka", murmuró. "Y tiene tu fuerza y tu sabiduría para guiarle. Estoy muy agradecida por la familia que hemos construido".
Kiyotaka la rodeó con un brazo y tiró de ella.
"Yo también, Suzune. Haruto tiene un brillante futuro por delante, y con nosotros a su lado, estará preparado para cualquier desafío que se le presente".
Sentados juntos en un silencio apacible, con el corazón henchido de amor y orgullo por su hijo, sabían que, fuera cual fuera el futuro, lo afrontarían juntos, más fuertes y unidos que nunca.
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La vida Después del instituto (Kiyotaka x Suzune)
Fiksi PenggemarYatelasabes xd DESCARGO DE RESPONSABILIDADES tanto la obra original como el fanfic no son de mi propiedad... yo solo realizó traducciónes de fanfics por mero gusto.. autor del fanfic: anhs7442