Prólogo.

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Dejo de pintarme los labios cuando la puerta se abre bruscamente y abro mis ojos al ver a Cynthia, mi ex compañera de habitación.

— ¿Qué diablos haces aquí? —Inquiero. Ella se encontraba en Chicago follandose a un tipo millonario con nexos en la mafia— ¿Creí que estabas gozando de una vida buena con un tipo guapísimo y con dinero?

Avienta su maleta y se dirige a la cocina.

—Te mando dinero para pagar este lugar, ¿no?

—Bueno si —me encojo de hombros— pero, ¿Qué haces aquí?

—Lo hemos dejado, ¿bien? El muy imbécil me dejo para quedarse con la estúpida de su esposa.

—No tenía idea de que estaba casado.

—No lo era cuando empezamos —gruñe y toma un sorbo de agua. Suspira— su estúpido matrimonio es un acuerdo, pero supongo que le gusta su esposa o alguna mierda y me dejo. Lo odio tanto.

Hago una mueca.

—Por eso solo me dedico a ser acompañante.

—Fui estúpida, lo sé, pero oye el tipo es el que dirige la maldita mafia en todo Chicago esperaba tontamente que cayera por mí y sacarle más dinero.

—Esa ambición no te llevo a nada bueno —me burlo.

—Mira quien habla —se ríe secamente— la que utiliza a un pobre tonto feo, pero con dinero para que le compre cosas mientras sale con tipos ricos que le pagan y ¡Oh, sí! Que vendió su virginidad a los dieciocho, ¿Por qué? ¡Por ambición!

—Púdrete, perra —le espeto, pero no me afecta en nada lo que dice porque es verdad— y hablando de Owen tuve que empezar a besarlo desde hace dos semanas. Asqueroso, sí, pero me ha ganado conseguir más cosas. Esta tan desesperado —me rio recordando su rostro de puro shock cuando lo bese.

—Consigue a alguien menos repugnante. Matteo al menos es guapo, pero Owen asquito.

— ¿Vas a volver a la universidad?

—Matteo movió sus hilos para que no perdiera nada. Lo odio —sus ojos de verdad expresan odio— hizo todo para que me largara de su puta ciudad.

—Ya me contaras en otra ocasión tu odio por Matteo ahora mismo me voy a una fiesta con las chicas estas que se creen la gran cosa —ruedo los ojos— es una fiesta con gente con dinero.

—Hum... fuera contigo, pero no estoy de humor. Comenzare la cacería en unos días más. El dinero que me dio Matteo de algo me servirá en estos días.

—Bueno, deséame suerte para conseguir un bombón que me saque de mi miseria.

—Suerte, puta.

.

.

Finjo una sonrisa agradable con las dos chicas quienes me invitaron a la fiesta. Me empecé a juntar con ellas hace poco que ingresaron, rápidamente me di cuenta de que eran chicas con bastante dinero y no desaproveche la oportunidad. La única lastima es que con todo el dinero que tienen son niñas buenas, por lo que yo tengo que fingir ser una niña buena también.

—Hoy Owen pregunto por ti —me dice Ashley una vez nos sentamos— tartamudeo mucho, fue un poco adorable y gracioso.

—No sé qué quiera —me encojo de hombros— tal vez no debería de ser tan agradable con él, puede que se esté ilusionando.

No volvemos a hablar sobre eso y decido hablar muy seriamente con el imbécil de Owen porque está haciendo que me cuestione y detesto eso.

Grace va al baño mientras yo aprovecho a sonreírle a un tipo que debe rondar los treinta que no deja de verme, pero cuando noto a una mujer acercarse a él le doy la espalda. Uh, desagradable y trae muchos problemas.

Arlette HammondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora