Capítulo 3:

43 11 3
                                    

Rasco mi brazo sentada sola en el apartamento. No sé qué hacer realmente y espero que llegue Cinthya para aconsejarme, pero también sé que, probablemente, me aconsejara alejarme. La zorra es ambiciosa, pero no es tonta. Aunque últimamente anda demasiado desanimada así que no sé qué me pueda decir realmente, además de que puede que me meta más miedo y en un futuro me arrepiente de rechazar a Christopher.

¿Qué puede salir mal? Puedo apagar mi mente mientras él hace con mi cuerpo lo que quiera. Él dijo que no ve problema en que sea mala en la cama. ¿De verdad voy a aceptar?

—Hola, puta —me sobresalto al ver a Cinthya entrar. Deja caer la bolsa en el sillón y se dirige a tomar agua— ¿Vas a salir?

—Si —murmuro y la miro con incertidumbre, ella eleva su ceja— Christopher quiere una respuesta hoy.

— ¿Vas a aceptar? Oye, es un buen dinero, pero el tipo tiene antecedentes.

—Fueron mal entendidos —ruedo los ojos— me ofrece mucho dinero y vamos a firmar un acuerdo.

— ¿Te vas a ir a Londres?

—Quiero ir, pero me da escalofríos acostarme con él... sabes que no soy muy buena en la cama.

—Déjalo al tiempo —comenta y suspira— siento que es muy presuroso todo esto.

—Yo también, pero él quiero la respuesta hoy y hoy me siento lista para rechazarla, pero también siento que me arrepentiré. Es mucho dinero, Cinthya. Trecientos mil dólares mensuales y tres millones al finalizar.

—Ese tipo defeca dinero, chica —murmura— nosotras somos muy pobres, al menos venimos de ese lado, pero tenemos que tener cuidado con tipos como estos. Matteo, ha sido el más peligroso con quien he estado, pero jamás utilizo la fuerza y violencia.

—Christopher, no es violento —respondo segura. Eso es algo que noto con seguridad— pero si es medio dominante. No quiero perderme el dinero, Cinthya y también quiero viajar a Europa.

—Entonces hazlo, pero hazte a la idea de vivir sola allá durante mucho tiempo solo con él y... pues de coger.

—A lo mejor él me hace sentir bien en la cama —muevo mis cejas y comienzo a emocionarme— prometo invitarte a Londres.

— ¿Entonces aceptaras?

—Si —suspiro— quiero ese dinero y viajar. Te mandare dinero así que nada de rentar mi habitación necesitare lugar donde llegar cuando vuelva.

—Volverás millonaria, querida —se ríe.

—Entonces compraremos una mansión donde vivir —chillo— y para esas fechas ya seré una arquitecta y tu una diseñadora, viviremos cómodamente y estaremos saliendo con hombres igual de exitosos.

Me sonríe.

—Esperemos sea así. Realmente espero que todo te salga bien y créeme te estaré esperando para esa mansión —me señala y de pronto se pone seria— llamo tu mamá por la mañana.

— ¿Te dijo algo?

—Solo que te comunicaras con ella —se encoje de hombros— no sabía que tenías mamá.

—Obviamente tengo —ruedo los ojos divertida.

—Nunca la mencionas, solo se de tu papá.

—Bueno, ahora sabes de ella —sonrió— iré a retocarme antes de que llegue Christopher.

.

.

Frunzo el ceño al ver como ingresamos a una casa cerca del mar. Bueno, casa es pequeño porque esta cosa es gigante y me emociona tanto poder verla. Algún día...

Arlette HammondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora