Capítulo 11:

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Respiro con fuerza sintiendo mi pecho latiendo a una velocidad increíble porque mi mente no deja de imaginar lo que me espera. Christopher me tiene fuertemente agarrada de la muñeca de mi brazo mientras nos dirigimos a otra habitación que queda frente a la principal donde duerme él.

Nala viene al otro lado de Christopher y la escucho soltar risitas.

La habitación es igual a la de Christopher, pero con menos iluminación y la cama es de dosel y es enorme. Además de encontrarse repleta de velas.

—Adoro esta habitación —murmura Nala y me encojo cuando se acerca a mí y busco alejarme de ella, pero el agarre de Christopher no lo permite— está asustada la gatita.

—No me toques —espeto cuando toma mi cabello en sus dedos. Suena su risa estruendosa y tengo la mirada fría de Christopher.

—Comportante.

— ¿Por qué no le pones un relajante? Daría menos problemas. A como estoy viendo sus reacciones va a ser una lata —murmura la mujer y se adelanta hacia un cajón.

—La mantuve sedada por dos días, no puedo volver a hacerlo.

—Puedes, pero no quieres —se ríe y se deja caer en la cama. Desde allí me mira y solo deseo hacerme más pequeña y huir— la quiero sometida. Veo en su mirada que no se dejara tan fácil.

Tan pronto como dice el hombre a mí lado me toma por la nuca con fuerza sometiendo mi cabeza y moviéndome hacia la cama donde se encuentra esa maldita y escalofriante mujer.

— ¡Por favor, por favor...

—Calla —me avienta a la cama. No puedo levantarme porque la mujer me toma de los brazos y Christopher de los pies— habíamos quedado en algo Arlette. No me hagas usar la crueldad contigo.

Nala suelta un bufido.

—La crueldad es parte de nosotros, Chris —sus manos se arrastran hacia mi pecho, soltándome brevemente, y la tomo del cabello jalándola para que no me toque— ¡Puta maldita!

No la suelto a pesar de que sus manos también se dirigen a mi rostro. Christopher también suelta mis piernas y tomo con más fuerza el cabello de la maldita bruja esta.

— ¡No, no! —Grito cuando Christopher me agarra para que la suelte a la vez que presiona su codo en mi rostro lastimándome— por favor...

Jadeo cuando su codo se incrusta más en mi rostro hasta que suelto a Nala. Christopher me empuja con mis manos y Nala se recompone antes de atestarme una bofetada fuerte. Ese lado de mi rostro palpita además de sentir entumecimiento por la presión anterior del codo.

—Pagaras por esto, estúpida —amenaza Nala.

Grito mientas me empujan con mis manos alzadas hasta la base de la cama... sé que me van a atar y una vez atada estaré por completo a merced de este par de desgraciados. Mis piernas a pesar de mis movimientos también las inmovilizan dejándome en forma de "x" en la cama. Cierro los ojos esperando que esto termine ya, que solo sea un mal sueño; uno de mis tantos malos sueños.

— ¡No me toquen, malditos!

—Quiero tanto cerrarle la boca —murmura Christopher— pero también quiero follarla.

—No...

Aprieta mis mejillas con fuerza.

—Y lo harás y si Nala pone su coño en ella también lo harás. Llegas a hacer un movimiento peligroso con tus dientes te los arrancare de un puñetazo, ¿Entiendes? —Sollozo y suelta mis mejillas limpiando las lágrimas casi con ternura. Su voz baja mucho probablemente solo yo lo escucho— no se te olvide quien fue la que se metió en esto. Tú estabas más que dispuesta por dinero y yo siempre he sido honesto contigo. Tienes que cumplir, Arlette.

Arlette HammondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora