Capítulo 23:

55 11 4
                                    

[LOS DIALOGOS ESTARAN EN CURSIVA PORQUE ESTAN HABLANDO ITALIANO.]

Christopher Beckett

Acaricio la mejilla de la pequeña niña de Bastien bajo su mirada penetrante.

¿Qué hay de ti, primo? —Inquiere en italiano y truena los dedos haciendo que la criada rápido tome a la niña y la saque— ¿No planeas tener tu propio niño?

Ruedo los ojos y sonrió.

¿Me ves cara de papá? Afortunadamente tengo más genes ingleses que no hacen que me atraiga reproducirme.

¿Quieres que los inútiles de tus sobrinos se queden con tu empresa? —Chasquea la lengua— eso se ira por la borda en el momento que ellos pongan sus manos sobre ella. Es fácil de solucionar, ¿no? ¿Aun tienes a la putita americana esa?

Inmediatamente sonrió recordando el bonito rostro de Arlette. La he entrenado tan bien; he roto por completo toda su actitud rebelde a pesar de que a veces puedo notar a un destelles de rebeldía y odio. Me fascina como a veces instintivamente aun quiere tratar de jugar conmigo cuando soy la persona que más la conoce.

Después el momento en que la vi supe la clase de persona que era. Mi interés en ella era algo pasajero, pero comenzó a enojarme tanto; me recordaba bastante a Agathe, sin embargo Agathe fue muy escurridiza aunque ya lo está pagando: muerta. Después de tanto tiempo por fin está muerta.

Arlette, era una puta. Ahora solo es mi puta. Y me entretiene tanto como su cabecita poco a poco va perdiendo más y más la razón. Me metí dentro de ella; estoy siempre con ella.

Tu mirada de loco me recuerda bastante a tu padre —dice Bastien y regreso mí mirada a él— tu putita podría darte el heredero que necesitas.

No me interesa. Ella me mantiene muy entretenido por el momento —comento— además aún está en entrenamiento. Por fin, ha aprendido a controlar su boca y ya no tengo que coserla. Sin embargo, a veces me saca de quicio su sola apariencia que me veo obligado a... —tomo aire recordando cómo fue quemar su piel.

¿Quemarla? —Me molesta bastante como sus ojos se encienden— ¿Qué tan mal esta? ¿No planeas compartirla?

Niego con la cabeza.

Eso está fuera por el momento. Acabo de sacarle de esa perdición de puta. Algo como eso la haría creer que puede volver a usar sus encantos con cualquiera para obtener lo que quiere —la conozco demasiado y sé que eso pasaría— tiene unos ojos de gacela que pueden convencer de cualquier cosa. Y además, ella es mía.

No pensé que fueras a durar tanto tiempo con ella; ya casi dos años. Ya la rompiste, ¿Por qué sigues con ella? Para esta fecha creí que ya la habrías matado.

Me gusta —admito a regañadientes. Pero si a alguien le puedo admitir esto es a Bastien; somos casi hermanos— demasiado.

También te gustaba Agathe —se burla y mi sangre hierve recordando a esa perra.

Me gusta más Arlette.

Es bastante hermosa, por supuesto no sé en qué condiciones la tienes ahorita.

No te mostrare nada de ella —sonrió. Tengo cámaras de vigilancia en su habitación, pero así sea mi mejor amigo no le mostrare nada menos porque se encuentra desnuda.

Bien. Posesivo —eleva sus cejas— bueno, me alegra mucho que estés aquí. Tenía tiempo queriendo verte, pero entre mi lucha con estos cabrones camorristas y tú con tu niñita no se puede —sonríe.

Arlette HammondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora