Capítulo 9

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Era casi medianoche cuando finalmente todos nos reunimos alrededor de la fogata improvisada en el patio de los Cullen. El aire de la noche era frío, pero la cálida luz de las llamas que ardían frente a nosotros brindaba cierto consuelo. La reunión era algo que habíamos estado esperando desde que Amore regresó, y aunque la tensión era palpable, había una sensación de expectativa en el aire.

Antes de comenzar, Jacob y Edward tomaron la decisión de que la mejor manera de comunicarnos sería a través de Edward, quien traduciría las palabras de Amore para los vampiros presentes. Para los lobos y cambiaformas como Leah, Jacob, Naribetzha y yo, la comunicación sería más eficiente en nuestras formas salvajes, conectándonos telepáticamente como manada. Yo tenía la ventaja de escuchar a través de Jacob como mi Alfa, lo que me permitiría captar todo lo que Amore tenía que decir, aunque no pudiera hacerlo directamente. Edward traduciría para los vampiros, lo que aseguraría que todos estuviéramos en la misma página.

Amore, majestuosa y serena, estaba sentada cerca de la fogata, su pelaje rojizo pardo brillando bajo el resplandor de las llamas. Su presencia dominaba el lugar, y aunque su expresión era calmada, había un peso evidente en su postura, como si estuviera a punto de revelar algo que cambiaría el curso de las cosas para todos nosotros. Mi hermana Leah estaba a mi lado, junto con Nylion, su impronta. Ambos en sus formas lobunas, compartiendo una conexión silenciosa que solo podía apreciarse en ese estado.

Decidimos cenar antes de adentrarnos en la conversación, un acto que ayudaba a calmar nuestros nervios y prepararnos para lo que vendría. No era una comida elaborada, pero era suficiente para saciar el hambre y brindarnos algo de comodidad en medio de la incertidumbre que nos envolvía. Amore no comía, claro, pero se mantenía en su forma salvaje, observando con esa calma ancestral que parecía envolverla por completo. Mi impronta, Naribetzha, estaba a mi lado, mirando a Amore con una mezcla de respeto y ansiedad. Sabía que lo que estaba por revelarse sería crucial para ella.

Jacob se había transformado primero, su imponente forma de lobo negro destacando en la penumbra. Leah y yo lo seguimos poco después, dejando que nuestras formas cambiaformas se fusionaran con la noche. Sentí la liberación de la transformación, como si cada fibra de mi ser se expandiera, volviéndome más consciente del entorno y de la conexión con mi manada. A través de Jacob, escuchaba sus pensamientos, los míos y los de Leah, fluyendo como un río de conciencia compartida. Naribetzha no tardó en cambiar también, su forma de hurón moviéndose ágilmente cerca de mí. Alistair, el vampiro de ojos rojos, se mantenía en silencio, observando desde su lado del círculo, con la mirada siempre alerta.

Era un grupo inusual, sin duda: vampiros vegetarianos, un vampiro de ojos rojos, lobos y cambiaformas, todos reunidos alrededor de una fogata esperando respuestas que solo Amore, la loba legendaria, podría ofrecernos. Edward se encontraba al frente, junto a Bella y el resto de los Cullen, preparado para traducir lo que Amore transmitiera. No había duda de que esta situación era única y extraña para todos los presentes.

La noche estaba en su apogeo, el cielo completamente oscuro, y las estrellas titilaban apenas visibles más allá de las copas de los árboles que rodeaban la casa. Podía sentir la tensión en el aire, la expectativa que pesaba sobre cada uno de nosotros. Naribetzha estaba inquieta, moviéndose cerca de mis patas en su forma de hurón, como si la espera la estuviera consumiendo. La entendía. Todos estábamos ansiosos por lo que Amore tenía que decirnos, especialmente porque sentíamos que las respuestas a los problemas de Naribetzha estaban a punto de revelarse.

Finalmente, Amore levantó la cabeza, sus ojos observando a cada uno de nosotros, como si evaluara nuestras reacciones antes de comenzar. Aunque no podía hablar en palabras que comprendiera, sus gestos eran claros, y la sensación de respeto y autoridad que emanaba era innegable. Ella no era solo una loba, era algo más, algo antiguo y sabio. La forma en que Leah, Jacob y yo la mirábamos desde nuestras formas cambiaformas lo decía todo: ella era alguien a quien todos nosotros, incluso sin entender completamente, respetábamos profundamente.

Imprimación PeculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora