Durante una semana, nos enfocamos intensamente en aprender cada uno de los puntos que Amore había compartido con nosotros. La técnica del "Susurro del Puño" se convirtió en nuestro objetivo común. Practicábamos en los bosques, entre las sombras de los árboles, mientras el aire fresco llenaba nuestros pulmones. Sin embargo, el ambiente de entrenamiento pronto se vio alterado por la inquietante visión de Alice.
Alice estaba en su estado habitual de concentración, pero de repente, su expresión cambió. Vi cómo su rostro se tornaba pálido y la preocupación se instalaba en sus ojos dorados.
—¿Qué has visto? —preguntó Edward, acercándose a ella con una mezcla de curiosidad y temor.
—Es Naribetzha —respondió Alice, su voz temblando—. La veo atacando a una osa grande. Está nublada en juicio, gritando y llorando, como si la conociera... Y lo peor es que el encuentro es pronto.
Mi corazón se hundió en mi pecho al escuchar eso. El miedo me invadió. Naribetzha estaba a mi lado, pero la idea de perderla era insoportable. De repente, todo lo que había aprendido en esa semana parecía irrelevante ante la posibilidad de un futuro tan oscuro.
Amore, que había estado escuchando atentamente, intervino con serenidad. «Podría ser la osa de la visión que les mostré. No se dejen engañar por la apariencia que da la visión. Recuerden que esa vampira solo tiene atisbos». Su pensamiento resonó en nuestras mentes, tratando de infundirnos confianza en medio de la tormenta de emociones.
Las palabras de Amore parecieron ofender a Alice, pero Edward mantuvo una sonrisa ante la sabiduría de la loba legendaria. Él sabía que su conocimiento era profundo, pero yo no podía dejar de sentir la inquietud. La visión de Alice era perturbadora y real.
Decidí no apartarme del lado de mi impronta. Naribetzha, a pesar de su creciente frustración, merecía mi protección. Sabía que estaba molestándola, que tal vez la estaba ahogando con mi constante preocupación, pero el miedo a perderla en un parpadeo me hacía aferrarme a ella con fuerza.
A medida que pasaban los días, la tensión aumentaba. La práctica del "Susurro del Puño" se volvía cada vez más intensa, pero en mi mente solo podía pensar en la posible confrontación con esa osa. La idea de que Naribetzha pudiera estar en peligro era intolerable. Así que, aunque ella deseaba libertad, seguía cuidando cada paso que daba.
—No puedo dejarte sola —le susurré en un momento, tratando de calmar mis propios miedos—. Quiero que estés a salvo.
Ella me miró con una mezcla de frustración y ternura, sus ojos reflejaban un profundo entendimiento. Quería que supiera que no era solo un instinto protector; era un amor que no podía permitirse el lujo de ignorar. La situación era inminente, y aunque tratábamos de prepararnos, la verdad era que el futuro se sentía incierto y peligroso.
No podía dejar que esa visión se convirtiera en realidad. Haría todo lo posible para proteger a Naribetzha y asegurarme de que no se convirtiera en un recuerdo trágico.
[...]
La noche era tranquila, con el susurro del viento moviendo las hojas de los árboles. Nos encontramos sentados juntos en una roca cercana al claro, iluminados por la luz de la luna que filtraba su brillo entre las ramas. Naribetzha estaba junto a mí, en su forma hurontropa...su pelaje suave brillando a la luz plateada. Sentí un nudo en el estómago, una mezcla de nerviosismo y anhelo. Había pasado casi un mes desde que nos conocimos, pero en mi corazón, sabía que había algo mucho más profundo en juego.
Finalmente, reuní el valor para hablar. Apreté mis patas contra la roca, buscando el modo adecuado de expresar todo lo que sentía.
«Naribetzha»comencé, su nombre fluyó de mis pensamientos mas puros y leales como un susurro«Desde que te conocí, todo ha cambiado para mí. La impronta, esta conexión que siento contigo… no puedo describirlo de otra manera que no sea como algo abrumador.»
Ella levantó la mirada, sus ojos brillaban con curiosidad y una pizca de preocupación.
«Seth, yo…»dijo con una voz suave, como si le costara encontrar las palabras«También siento algo, pero a veces me asusta. No quiero hacerte daño.»
Sus palabras me hicieron sentir un nudo en el pecho. Sabía que ella guardaba sus miedos, su deseo de protegerme, pero necesitaba que entendiera que no había nada que temer.
«Lo sé, y eso es lo que más me preocupa»respondí, mis ojos fijos en los suyos«La imprimación te hace sentir cosas que no puedo controlar, y me asusta que sientas que puedes lastimarme. Quiero que sepas que estoy aquí para ti, que quiero que confíes en mí.»
«Pero soy fuerte, Seth»replicó, su voz llena de inseguridad«Si alguna vez pierdo el control…»
«No pienso en eso, Naribetzha. Quiero que confíes en tu fuerza, y en nuestra conexión»interrumpí, acercándome un poco más, deseando que sintiera mi sinceridad«He visto cómo te preocupas por mí, cómo cuidas a los que aprecias, pero no tienes que cargar con todo ese peso sola. Estoy aquí para ti, para enfrentar lo que venga.»
Me di cuenta de que mis palabras la habían conmovido. Su expresión se suavizó, pero aún había un destello de duda en sus ojos.
«A veces, tengo miedo de ceder a este instinto que siento»confesó, bajando la mirada«Miedo de no poder controlarlo y de lastimarte en el proceso.»
«Pero el amor no se trata de controlar, betzha»le respondí, sintiendo la pasión por lo que decíamos en el aire entre nosotros«Se trata de entregarse, de compartirlo todo, las alegrías y los temores. Me estoy enamorando de ti, de la persona que eres, de tu fortaleza y tu ternura. »
Sus ojos se ampliaron, y pude sentir cómo su corazón latía más rápido.
«Yo también me estoy enamorando de ti, Seth»murmuró, su voz casi un susurro, pero estaba llena de emoción«No sé cómo manejarlo.»
«No tienes que hacerlo sola. Podemos aprender juntos. La vida es un viaje, y no quiero que lo hagas sin mí a tu lado»le dije, tratando de transmitirle la profundidad de mis sentimientos.
Ella se acercó un poco más, nuestras narices casi tocándose, su hocico pequeño contra el mío.
«Lo deseo, Seth, pero no quiero que este camino nos lleve a un lugar donde podamos lastimarnos el uno al otro. »
«Te prometo que haré todo lo posible para que eso no suceda»respondí, sintiendo una oleada de determinación.«Juntos, podemos encontrar la manera de enfrentar cualquier cosa.»
Naribetzha tomó un respiro profundo y, por un momento, se vio una chispa de confianza en su mirada.
«Está bien. Quiero darme esa oportunidad contigo. Quiero aprender a dejar de lado el miedo y permitir que lo que siento por ti crezca»dijo, y su voz temblaba con una mezcla de esperanza y vulnerabilidad.
«Y yo estaré aquí, siempre»afirmé, sintiendo una sonrisa brotar en mi rostro«No hay prisa. Solo quiero disfrutar de cada momento contigo.»
Esa noche, mientras nos sentábamos juntos bajo el cielo estrellado, comprendí que estábamos en el camino de crear algo hermoso, un amor basado en la confianza y la comprensión. Por primera vez, vi a Naribetzha relajarse, su espíritu comenzando a abrirse como una flor al amanecer. A pesar de las sombras que nos acechaban, sabía que juntos podríamos enfrentar cualquier tormenta.
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Imprimación Peculiar
FanficLibro #2 de Amore A los 24 años, Seth Clearwater, recién graduado en Veterinaria, siente que su vida transcurre en la rutina de la reserva Quileute, lejos de las aventuras de su juventud. Sin embargo, todo cambia una tarde cuando un hurón blanco de...