Mientras caminaba detrás de Xavier hacia los pasadizos subterráneos, no podía evitar admirar la arquitectura de la academia. Cada parte del castillo estaba construida con un cuidado casi obsesivo por los detalles. Los patrones de magia estaban presentes en cada rincón, desde los hechizos de iluminación hasta los encantamientos en las cañerías. Todo, absolutamente todo, parecía estar imbuido de poder. A lo largo del camino, una alfombra dorada se extendía bajo nuestros pies, mientras candelabros flotantes iluminaban nuestro trayecto con un brillo suave y tenue. En las paredes, al menos dos pinturas colgaban cada cien metros, cada una más imponente que la anterior.
En un momento, Xavier se detuvo frente a una pared que, a simple vista, no parecía tener nada de especial. Sin decir una palabra, tocó una piedra específica, y esta se hundió lentamente, revelando una puerta oculta que se abrió con un leve crujido.
—Entremos rápido —dijo con un tono de impaciencia.
Al cruzar el umbral, me encontré frente a una escalera en espiral que descendía profundamente en las entrañas del castillo. A medida que bajábamos, el ambiente se volvía más sombrío y frío, y el eco de nuestros pasos resonaba en las paredes de piedra. El tiempo pasaba lentamente en ese silencio incómodo, y el tedio comenzó a instalarse en mi mente.
Decidí intentar romper el silencio.
—¿Qué eres en la academia? —pregunté con curiosidad, esperando que la conversación alivianara el peso de la atmósfera.
Xavier me lanzó una mirada breve, como si estuviera debatiendo internamente si valía la pena responder. Al final, no dijo nada y continuó descendiendo en silencio.
Después de varios minutos de incómodo silencio, finalmente rompió su mutismo.
—Soy el secretario del director —respondió con un tono pausado—. No sé si te habrás dado cuenta, pero Claus no es precisamente la persona más... responsable. Cuando él no está, suelo ser yo quien maneja la academia.
—Sí... me di cuenta —dije, recordando las caóticas circunstancias de mi llegada.
Xavier suspiró profundamente, como si llevara el peso de la situación sobre sus hombros.
—De hecho, has llegado en un muy mal momento, Drakzhar —admitió, casi con resignación. Luego, hizo una pausa, y su voz adoptó un tono más inquisitivo—. Ahora déjame hacerte una pregunta, ¿qué eres?
La pregunta me tomó por sorpresa.
—¿Qué soy? —repetí, sin entender a qué se refería.
—Sí, tú —replicó, observándome de una manera que casi parecía querer leer mi alma—. No tienes los ojos de un niño, ni hablas como uno. Tampoco pareces temer como un niño lo haría. Si no fuera porque Claus confía en ti, pensaría que eres un espía.
Sus ojos se clavaron en los míos con una intensidad que me incomodaba, como si quisiera desentrañar cada uno de mis secretos. Se llevó una mano a la barbilla, pensativo, y por un momento, pareció sumergido en sus propias reflexiones.
Me mantuve en silencio, consciente de que cualquier respuesta podría levantar más sospechas. La verdad es que su percepción era acertada, pero no estaba dispuesto a revelarle nada más. Al ver que no le respondía, suspiró nuevamente, y la conversación se esfumó tan rápido como había empezado, como si no hubiera sido importante en primer lugar.
Seguimos descendiendo en ese silencio incómodo, la única compañía es el eco de nuestros pasos.
Al llegar al final del túnel en caracol, me encuentro frente a una puerta pesada, decorada con antiguos grabados que parecían vibrar con un leve brillo mágico. Xavier la empuja sin esfuerzo, y al abrirse, me encuentro ante una escena caótica pero controlada. Decenas de alumnos estaban formados en filas, aunque el nerviosismo era palpable en sus rostros. Los profesores, con semblantes serios, los dirigían con una calma casi sobrehumana, organizando la evacuación mientras susurraban hechizos protectores.
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Reencarnación de Drakzhar
FantasyVive con la desesperación de que aquel, quien mato a todos sus seres queridos reviva, y acabe como termino con su anterior mundo, para ello necesita ser más fuerte.. pero antes de eso ¡necesita crecer! renació como un bebé de la raza más débil de to...