Dame una bofetada

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–Entonces, espera– Neko se sentó en el sofá de su hermana menor con una mirada confusa en su rostro y un tazón de palomitas de maíz en sus manos –¿Ahora te quedaras en casa durante tu celo?–.

Yoko tarareó afirmativamente desde el interior de su cocina y agarró una caja de jugo, algunos vasos vacíos y algunas latas de Coca-Cola. Tan pronto como se dio la vuelta, vio la mirada confusa de su hermana y no pudo evitar reírse suavemente.

Su decisión de quedarse en casa no fue tan fácil como se hubiera esperado. No conocía a Faye tan bien. ¿Y si Faye era uno de esos alfas que se aprovechaban de un omega durante su celo? ¿Y si Faye se olvidaba de ella? ¿Y si encontraba otra omega para follar...?

Yoko negó con la cabeza. Faye parece agradable. Claro que tiene una reputación de acostarse con muchas omegas, pero ¿Qué celebridad alfa no la tiene? Faye parecía quererla de verdad y Yoko no ha tenido a alguien que, como Faye, se interesará en ella desde que se convirtió en madre.

Flashback

–Entonces, ¿Estas completamente de acuerdo en estar cerca de mí durante mi celo?– preguntó Yoko.

Ella invitó a la alfa a tomar un café en una cafetería cercana. Faye le dijo que la esperara para poder pagar la cuenta, pero Yoko se adelanto. A ella nunca le gustó que la gente le comprara cosas. Siempre le preocupaba que hubiera un motivo alternativo detrás del acto de bondad. Así que se sentó allí con dos cafés con leche y dos muffins de arándanos justo cuando Faye entró de incógnito en la pequeña cafetería.

–Sí –Faye sonrió mientras tomaba un pequeño trago de su café caliente.

–¿Alguna vez has cuidado a una omega durante su celo?– Yoko no quería sonar escéptica sobre las habilidades de cuidado de Faye, pero cuidar a un omega durante su ciclo de celo era una gran responsabilidad. Faye no solo tiene que asegurarse de que la omega coma y beba regularmente, sino que también tiene que asegurarse de que la omega se bañe, que las sábanas estén limpias y tiene que hacer todo eso además de ignorar sus propios instintos alfa de aparearse con ella. Podría ser demasiado.

Faye frunció el ceño mientras pensaba antes de suspirar. –Nunca he estado cerca de un omega durante su celo. Los celos parecen tan íntimos y amorosos que siempre he rechazado cualquier oportunidad de ser parte de uno. Confío lo suficiente en mí misma como para cuidarte. Quiero que tú también confíes en mi–.

Yoko no podía explicarlo, pero cuando miró a los ojos bondadosos de la alfa sentada frente a ella, confío en ella. La gente la llamaría tonta por confiar tan fácilmente, especialmente después de convertirse en madre a una edad tan temprana, habrían dicho que debería haber aprendido de su embarazo de June a nunca confiar en un alfa a primera vista. Pero Faye era diferente. Sus ojos eran amables, su sonrisa era cálida, no había ningún misterio a su alrededor a diferencia de él. Ella era maravillosa, amable, considerada y desinteresada. Él era un narcisista, un niño rico que abusaba de varias drogas y dependía de la riqueza de su madre para salir de cada situación.

La omega sacudió los pensamientos de su cabeza y sonrió ante la expresión ansiosa en el rostro de Faye.

–Bueno–

Fin del Flashback

–No puedo creer que tú, que no eres fan de Faye Malisorn, vayas a tener una cita con ella– gruño Neko mientras comía un puñado de palomitas –Mientras que yo, una fan de Faye, me quedo aquí viendo lo que sea que este de Disney Plus con tu hija–.

Yoko se encogió de hombros y se dejó caer junto a su hermana en su sofá gris –¿Estas segura de que no te importa cuidarla?–

–¡En absoluto! Es mi sobrina después de todo.–La omega mayor sonrió mientras le tiraba unas palomitas de maíz a su hermana menor –De todos modos, cuidaré felizmente a June cuando y donde sea hasta que cumpla diecinueve años si eso significa que finalmente tendrás una pareja–.

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