Montañas rusas

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La alarma de Yoko sonó con fuerza en todo el dormitorio y ella golpeó su mesita de noche con el brazo para silenciarla. Los sábados normalmente significaban qué podía quedarse en la cama un par de horas más, pero ese día no. Faye había organizado una visita al parque de diversiones Dream World de Bangkok con ella y June, lo que significaba que Yoko tenía que sacrificar su preciosa mañana de sábado. No es que se quejara.

Bostezó mientras se sentaba en la cama y estiraba los brazos. Sus ojos todavía estaban medio cerrados  cuando se puso las pantuflas y se dirigió a la cocina para prepararse un café. Revisó su teléfono y casi gritó de sorpresa cuando un mensaje de texto de Faye hizo que su teléfono sonará con fuerza.

P'Mali 🥧
¡Buenos días hermosa!                       (6:05)
Me imagine que estarías despierta porque escuche tu alarma.                                                        (6:06)
Es demasiado ruidosa                        (6:06)

Yoo~🐹
Si no fuera tan ruidosa nunca la oiría   (6:06)

P'Mali 🥧
Excusas...                                       (6:06)
¡De todos modos!¿Quieres salir a desayunar en algún lugar?                                                (6:07)

Yoo~ 🐹
Hay un café que hacen unos waffles qué le gustan mucho a June   (6:07)
El chico que trabaja ahí los hace tan perfectamente que ya no le gustan los mios :(    (6:08)

P'Mali 🥧
¡Perfecto!                                         (6:08)
¿Puedo ir a tu casa en 30 minutos?  (6:09)

Yoo~ 🐹
Esta bien. Mientras prepararé a June   (6:09)

Yoko se dirigió rápidamente a la habitación de su hija y despertó lentamente a la niña. June murmuró en los brazos de su madre y se froto los ojos mientras despertaba. Miro a su madre con una expresión traición en su rostro y Yoko se río de ella.

–Vamos, cariño– susurró Yoko– Tenemos que prepararnos para irnos pronto–.

June asintió y bostezó mientras se bajaba de la cama y seguía a su madre hasta la sala de estar. Se acomodó bajo una manta en el sofá y puso su anime favorito.

–¿A dónde vamos?– pregunto June mientras sus ojos se cerraban.

Yoko le sonrió a su hija y le tocó la nariz –Es un secreto–.

La niña simplemente la miro parpadeando, se encogió de hombros y subió el volumen del televisor. La omega sacó en cartón de jugo de manzana del refrigerador y se lo entrego a su hija antes de dirigirse al baño para lavarse rápidamente y luego a su dormitorio para cambiarse.

Teniendo en cuenta que tenían previsto pasar el día en un parque de atracciones, Yoko se vistió de forma cómoda. Llevaba un par de pantalones deportivos de Ivy Park y una sudadera con capucha Nike. Sus tenis Nike estaban en algún lugar junto a la puerta esperándola. Se puso un poco de maquillaje, pero nada parecido a lo que llevaba el sábado pasado.

June estaba acostada en la misma posición que Yoko la había dejado cuando entro al baño a lavarse. Con la boca abierta, los ojos pegados al televisor y un dedo en la nariz de forma poco elegante. Una niña de siete años normal.

–Ve a bañarte rápidamente –le indico Yoko a June– Cuando termines, ponte la ropa que te dejare en la cama–.

La niña asintió con la cabeza a su madre y caminó, como un zombie, hacia el baño. Su ducha terminó en unos minutos y corrió a su dormitorio envuelta en una toalla. Tan pronto como la puerta del dormitorio de June estuvo cerrada, alguien tocó la puerta principal. Yoko se miró nerviosamente al espejo antes de dirigirse a la puerta y abrirla.

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