Su fin de semana en Hong Kong llegó antes de lo que esperaban. Yoko estaba tan abrumada por las órdenes que le llegaban por todos lados que apenas tenía tiempo para dormir. Faye, por otro lado, estaba ocupada con los ensayos de la película apocalíptica en la que iba a participar. Apenas se veían, pero siempre se aseguraban de enviarse mensajes de texto o llamarse durante el día para ponerse al día.
Yoko había aceptado que June se quedara con los padres de Faye durante el fin de semana. Por los gritos de emoción que se escuchaban al otro lado de la llamada telefónica con la madre de Faye. Yoko podía darse cuenta de que están muy emocionados. June estaba un poco nerviosa, pero Faye intentó calmar las preocupaciones de la pequeña contándole historias tontas sobre sus padres y haciendo reír a la niña.
–Sí te ofrecen algo como botana, intenta resistirte– dijo Faye una vez que aparcó su coche frente a la casa de sus padres –Por que todo el día te ofrecerán chocolate, papas fritas y todo tipo de tartas. El domingo acabarás pareciendo a Violet de Charlie y la fábrica de chocolate después de que masticara ese chicle–.
June se rió en el asiento trasero del auto de la alfa. Estaba nerviosa y emocionada al mismo tiempo ante la perspectiva de conocer a los padres de Faye y quedarse con ellos durante el fin de semana. Las adultas la recogieron directamente de la escuela, por lo que aun tenía su uniforme escolar. Su ropa para cambiarse estaba en una maleta en la parte trasera de su auto.
Se escuchó un fuerte chillido en algún lugar afuera del auto y antes de que alguien se diera cuenta de lo que estaba sucediendo, la puerta de June se abrió y dos personas mayores saludaron a la niña. Los ojos de June se abrieron ante la atención y Faye se llevó la mano a la cara ante el entusiasmo de sus padres.
–¡Hola!– sonrió la mamá de Faye –¡Soy la mamá de Faye! Es un placer conocerte finalmente– Miró de reojo a su hija durante la última frase, lo que hizo que Faye pusiera los ojos en blanco y saliera del auto –Pareces una versión miniatura de tu mamá– Miró a la niña en el asiento trasero y a la omega en el asiento delantero mientras hablaba. Yoko seguió a Faye y salió del auto, y la mujer mayor inmediatamente la arrastró hacia dentro para abrazarla.
Faye agarró la maleta de June y se la entregó a su padre. Él le sonrió agradecido a su hija antes de voltear a ver a June, quien todavía estaba en el auto.
–¿Quieres ver tu habitación?– preguntó mientras Faye desabrochaba el cinturón de seguridad de la niña.
June asintió y le tendió la mano al hombre para que la tomara. El padre de Faye le sonrió mientras guiaba a la niña hacia su casa y hacia el antiguo dormitorio de Faye.
–Eres tan hermosa– La madre de Faye ahuecó la cara de Yoko mientras sus ojos brillaban hacia la otra mujer. Giró suavemente la cabeza de Yoko hacia un lado y frunció el ceño –Veo que todavía no hay marca de apareamiento–.
–¡Mæ̀!– se quejó Faye en voz alta. Yoko solo se rió ante el gemido avergonzado de la alfa.
La madre de Faye se volteo hacia su hija y la reprendió con la mano en alto –¡Esta mujer te cuidó cuando tenías un tobillo roto y te permitió formar parte de su familia! ¡Deja de ser desagradecida y hazla mi hija!–.
–¡Guarda eso para cuando estemos en la casa, mæ̀!– dijo Faye con los dientes apretados. Vio a unos cuantos vecinos curiosos asomando la cabeza por las ventanas para averiguar quien hacia tanto ruido en su calle, normalmente tranquila. Al ver a Faye, algunos respetaron su privacidad y volvieron a sus casas. Otros, sin embargo, sacaron sus teléfonos y comenzaron a tomar fotografías o a llamar a sus amigos.
La madre de Faye asintió mientras las guiaba de regreso a su casa. Yoko y Faye la siguieron hasta la sala de estar y se sentaron cómodamente en el sofá. La mujer mayor les arrojó una variedad de alimentos y bebidas, pero ambas negaron con la cabeza cortésmente ante el gesto.
ESTÁS LEYENDO
Cambios
FanfictionFaye, una super estrella de cine y Miss Grand Thailand, tenía cientos de nombres de omegas en su teléfono. Nunca le faltó la atención de las omegas femeninas. Pero todo cambia con el tiempo, así es la vida. A veces los cambios vienen en forma de un...