Capitulo 18 - ¿Ethan tu otra vez?

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Allí, en la sala de estar, apoyado de manera desenfadada en el marco de la puerta, estaba Ethan. La última persona que esperaba ver tan pronto. Me observaba con una expresión a medio camino entre la burla y la preocupación genuina. Sus ojos, normalmente llenos de esa chispa sarcástica que tan bien conocía, brillaban con una mezcla de alivio y algo más que no podía identificar del todo.

—¡Vaya, vaya! —gritó, abriendo los brazos como si fuera a lanzarse a abrazarme, aunque sabía que no lo haría—. Ahora resulta que te dicen la Bella Durmiente, ¿eh? Desde cuándo te echas siestas así de dramáticas, Josh. ¿No podías esperar a tener al menos una cama cerca?

Solté una risa seca, sacudiendo la cabeza con una incredulidad afectuosa. No me sorprendía que Ethan tratara de aligerar la situación con sus bromas pesadas, así era él. Cualquier cosa antes de mostrar preocupación de verdad.

—Desde que tú olvidaste lo que es la prudencia —le respondí, cruzándome de brazos y tratando de igualar su tono burlón—. ¿Qué haces aquí? ¿No tienes nada mejor que hacer que venir a molestarme?

—¿Molestarte? Por supuesto, hermano, es mi pasatiempo favorito. —Ethan sonrió, pero la sonrisa no llegaba a sus ojos. Se acercó, dándome un empujón amistoso en el hombro, un gesto que apenas pude resistir por el cansancio que aún sentía en el cuerpo—. No bromees, Josh. Cuando me enteré de que habías decidido desmayarte en plena calle como un drama queen, cogí el primer avión para venir a verte.

Me quedé mirándolo, sorprendido y a la vez agradecido. Ethan y yo siempre habíamos tenido esa relación de tira y afloja, siempre jugando a ver quién era más duro, quién aguantaba más, quién soltaba el comentario más ácido. Pero sabía que, bajo toda esa fachada de tipo despreocupado, él estaba aquí por una razón más importante.

—¿Así que tomaste un avión solo para asegurarte de que sigo vivo? —pregunté, intentando sonar más casual de lo que me sentía.

—Algo así —murmuró, su voz perdiendo un poco de la jovialidad de antes. Me miró de arriba abajo, evaluándome como si intentara determinar por sí mismo si estaba realmente bien. Luego, carraspeó y volvió a su tono habitual—. Digo, no quería que los rumores fueran ciertos y tú te convirtieras en un caso perdido antes de que yo tuviera la oportunidad de seguir restregándote lo inútil que eres.

—Qué tierno, Ethan. Deberías escribir tarjetas de condolencia con ese nivel de empatía —respondí con sarcasmo, pero en el fondo, su presencia me reconfortaba más de lo que quería admitir.

Ethan se encogió de hombros, fingiendo indiferencia.

—Es un don natural. Pero en serio, hombre, me alegra verte de pie. —Bajó la voz, y su expresión se suavizó por un instante antes de volver a ser la máscara de siempre—. Aunque, si vuelves a darme un susto como ese, te juro que te hago dormir de verdad, y no con métodos tan amigables.

Sonreí. No pude evitarlo. Él era así, todo bravuconería y palabras duras, pero el mensaje estaba claro: se había preocupado por mí. Había dejado todo y había volado hasta aquí solo para asegurarse de que estaba bien. Eso significaba más de lo que cualquier gesto o palabra de aliento podría haber transmitido.

—Gracias, Ethan —dije al final, de manera simple. Él alzó una ceja, como si no supiera cómo manejar un momento genuino.

—Sí, sí, no te pongas sentimental conmigo. Ya sabes que no me gusta. —Retrocedió un paso, señalándome con el dedo como si de repente se le hubiera ocurrido algo—. Pero en serio, ¿qué fue eso, Josh? ¿Qué te pasó? Porque yo sé que no eres el tipo de chico que se desmaya sin motivo.

—No lo sé —admití, pasando una mano por mi cabello desordenado—. Me han dicho que las causas aún son desconocidas. Pero... simplemente fue demasiado. Ese encuentro con Chat, Elena... creo que todo se acumuló y mi cuerpo decidió apagar el interruptor.

Amor + Tiempo = ¿Olvido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora