Capitulo 4 - Una salida al patio

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Me puse de pie y apresuré mis pasos a la carpeta de Jenn, ella me miró alegre levantándose los lentes, mientras apartaba un mechón de cabello detrás de su oreja.


-¿Vamos a salir o prefieres que hablemos de ciencia? - Exclamé divertido enarcando una ceja, ella y su amiga se reían pícaramente.


-Claro que no - me empujó - ya tuve mucho de la ciencia por hoy - se puso de pie despidiéndose de su amiga y enganché mi brazo con la de ella.
《Diablos, esto no es bueno ¿Qué haces?》
Añadió mi conciencia nerviosa y solo quiero que haga silencio , esto es nuevo un poco inquietante, pero cómodo.


-Así que la niña le gustan los chicos guapos y que saben ciencias ¿eh? - reí tímidamente.


-¡Calla! - dijo cubriéndose el rostro y saltándose de mi brazo.


-Anda es broma, perdón si te incomodé- dije ofreciéndole un abrazo.


Ella se lanzó a mis brazos y empezó a llorar , no entendía el porqué. Ella se dio cuenta y dijo en voz baja :


-Tú me recuerdas mucho a una persona que yo quise mucho, sé que no puedo ponerte y hacer que seas su reemplazo - sollozaba sin parar y yo traté de tranquilizarla.



-No me molesta, pero, se me hacía extraño, no quería malinterpretar las cosas, eres una buena persona y en este día tan corto me haces sentir bien, no llores por favor - estiré mi brazo y le limpie las lágrimas.
-Discúlpame por ser así de sensible y gracias por no pensar que soy una persona obsesiva o que me gusta liarme con cualquier chico guapo que conozco.



-Tranquila ahora lo tengo claro aunque tu rostro dice lo contrario - Sonreí - De casualidad no te gusta casar la fortuna de chicos guapos como yo ¿verdad?.



-Recuérdame, porque no te odio - Me fulminó con la mirada, pero estaba aliviado de poder hacerla olvidar de su razón de llanto.


-Pues porque me quieres y no podrías vivir sin mi - Esbocé media sonrisa, pateando un poco el piso de asfalto del patio.



-Vete al infierno - me empujó fingiendo estar ofendida.


-Ya de por sí vivimos en un infierno llamado: "España del norte" una ciudad caótica - cambie el tema para centrar su atención en otra cosa.


-¿Porqué no te gusta esta ciudad? - Preguntó mirando el patio en el cual no había muchos adolescentes caminando, noté que se centraba en el techo de tela del patio que se veía nuevo.


-Pues es una ciudad española en Perú, este país se independizó y aún así España se quedó con una gran parte del terreno peruano. El clasismo que existe es horrible aunque hayan personas Españolas y Peruanas, no somos diferentes, en alguna molécula de ADN hay una mezcla de sangre peruana o europea, somos mestizos no somos ni más ni menos que el resto. - Suspiré cansado.


Ella estaba un poco impactada por el tremendo discurso que me había lanzado.


-¿En qué momento pasamos a hablar de ciencia y política? - reía golpeándome la espalda.


En ese momento me detuve porque estábamos dando vueltas sin llegar a ningún lado, había visto la oficina de fotocopias, me di cuenta que el cerrojo de la puerta de vidrio estaba roto y que la secretaria no despegaba su rostro del ordenador y que el conserje la miraba de una manera muy indebida. Ya me había aprendido el color del interior de ese lugar, estábamos tan concentrados conversando que ni nos percatamos.


-Estamos dando vueltas - la miré - pues ya me sé hasta la rutina de la secretaria que está en frente - Señalé a la oficina.



-Eres muy observador - me miró sorprendida.



-Es algo muy normal en mí - me puse a pensar a donde ir - ¿Existe una cafetería aquí?.

Amor + Tiempo = ¿Olvido?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora