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La tormenta finalmente se había calmado, dejando tras de sí un aire fresco y limpio, como un susurro de promesa tras la tempestad. Mientras el sol comenzaba a asomarse en el horizonte, el barco navegaba en aguas tranquilas, una reflexión del nuevo comienzo que sentía en mi interior. En el silencio que siguió, era como si el mundo entero se hubiera detenido, permitiendo que los recuerdos y las emociones fluyeran con facilidad.

A medida que el sol iluminaba la cubierta, me perdí en mis pensamientos. Recordé una conversación con Sabo, en un día similar, lleno de luz y risas. Éramos tan jóvenes, llenos de sueños y deseos. Hablábamos de las aventuras que tendríamos, de los mares que cruzaríamos y de los amigos que haríamos. La inocencia de aquellos días contrastaba con la realidad que enfrentábamos como adultos.

"¿Qué crees que habrá más allá de estas aguas?" había preguntado Sabo, sus ojos brillando con curiosidad.

"Libertad," respondí, con una confianza que no siempre sentía. "Libertad para ser quienes realmente somos."

La libertad era un concepto hermoso, pero también aterrador. Al navegar por el océano, me di cuenta de que la libertad no era solo la ausencia de cadenas físicas; era la capacidad de enfrentar nuestros miedos, de aceptar nuestras verdades más profundas.

Esa mañana, mientras miraba el horizonte, reflexioné sobre las elecciones que había tomado. En mi búsqueda de libertad, había enfrentado a muchos enemigos y había tomado decisiones difíciles. Cada una de ellas había forjado mi carácter y moldeado la persona en la que me había convertido. Pero en ese proceso, había dejado un rastro de pérdidas a mi paso.

La sombra de Sabo siempre estaba presente en mis pensamientos, un eco de lo que podría haber sido. Si él hubiera estado aquí, ¿cómo habrían cambiado nuestras vidas? A veces, me preguntaba si él me habría perdonado por no haber estado a su lado cuando más me necesitaba. Esa culpa me perseguía, un recordatorio constante de que los caminos que elegimos pueden llevarnos a lugares oscuros.

Pero la vida también estaba llena de belleza, de momentos que se grababan en el alma. Recordé una tarde de verano en la que nos tumbamos en el césped, observando las nubes pasar. La risa de Sabo resonaba como una melodía, y por un instante, sentí que el mundo era perfecto.

"Un día, seremos grandes piratas," dijo Sabo, sonriendo de oreja a oreja. "Nos aventuraremos a lo desconocido y encontraremos un tesoro que nadie más ha visto."

"¿Qué tipo de tesoro?" pregunté, intrigado.

"Amistad, libertad, y tal vez un lugar donde podamos ser nosotros mismos sin miedo."

Sus palabras se quedaron grabadas en mi corazón. Aquella tarde, en medio de la inocencia de la juventud, habíamos hecho un pacto. Una promesa de que siempre estaríamos juntos, sin importar los obstáculos que enfrentáramos. Era un recuerdo dulce y amargo a la vez, un recordatorio de lo que habíamos perdido y de lo que aún podíamos encontrar.

A medida que navegaba, noté que las nubes comenzaban a despejarse, revelando un cielo azul brillante. Era un símbolo de la esperanza que aún ardía en mi corazón. La vida seguía, y aunque había perdido a muchos, aún había amigos que me apoyaban, como Luffy y mis nakamas. Con cada ola que pasaba, decidí que honraría la memoria de aquellos que había perdido viviendo plenamente, luchando por mis sueños y por la libertad que tanto anhelaba.

El viaje no siempre sería fácil, pero había algo en mí que había cambiado. Ya no temía enfrentar mis emociones; en cambio, aceptaría cada una de ellas como parte de mi viaje. Mirando hacia el horizonte, sentí que cada paso que daba era un homenaje a Sabo, a nuestra amistad y a todos los sueños que habíamos compartido.

En cada aventura, en cada batalla, llevaba su espíritu conmigo. La vida era un lienzo en blanco, y aunque a veces las sombras parecían abrumadoras, siempre había espacio para la luz. Esa luz era el amor y la amistad que había construido a lo largo de los años. Como un navegante en alta mar, podía enfrentar cualquier tormenta.

Siempre he tenido miedo de quedarme solo," "de perder a las personas que amo. Pero en cada momento de soledad, he aprendido que el amor y la amistad son más fuertes que cualquier temor."

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El niño que nunca debió nacer🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora