El domador de Kim Taehyung

PRIMERA CITA

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[Pov Taehyung]

La necesidad de una primera cita nunca había sido un problema, puesto que realmente nunca había tenido una, sus relaciones desde que tenía memoria eran nada más que sexuales, nunca habían despertado el deseo de conocer más allá de la vida de otras personas, ni siquiera su nombre, solamente era satisfacción carnal, no más. Creía que así estaría bien, su lobo estaba a favor de ese estilo de vida, no necesitaba arriesgar su corazón, no necesitaba perder su comodidad y aferrarse a algo pasajero, no necesitaba romper la fragilidad que por mucho tiempo había ocultado...

Si, Kim siempre penso que vivir de esa forma era lo correcto, las mujeres solo lo querían porque era atractivo y económicamente estable, los Omegas se acercaban a él porque era hijo de Kim Namjoon, nada más, ¿Por qué iba a ser idiota de enamorarse? No necesitaba eso, había visto a muchas personas sufrir, incluído su padre, él no quería estar en el mismo barco, si su corazón se mantenía oculto todo estaría bien, pero tal parecía que su corazón le había traicionado de la manera mas hermosa posible, latiendo por primera vez ante alguien, una hermosa mujer, tan especial y única, una con cabellera roja, ojos brillantes y sonrisa de corazón. Si, había caído en los encantos de quién él consideraba la mujer más linda del mundo, tan diferente al resto, tan magníficamente angelical, Yuki, esa omega, esa quien su lobo ya llamaba "suya."

Una primera cita acompañada de una primera ilusión era lo que estaba presenciando el Alfa, actuando como un adolescente quien quería brindar la mejor impresión de su vida, habia perdido la cuenta de las veces que habia cambiado el estilo de su peinado, sin mencionar su vestimenta, incluso para un egocéntrico que presumía de su belleza justo ahora se sentía nervioso por como se vería ante los ojos de aquella fémina, y es que no iba a admitirlo pero llevaba más de dos horas intentando verse lo mas atractivo posible, haciendo que incluso hasta su lobo se hartara de escuchar a su mente hecha desastre.

Después de haber optado por un conjunto casual y haber escuchado toda su playlist mientras se vestía decidio ver la hora y sonreír, había terminado justo a tiempo, faltandole casi 45 minutos para la hora acordada, Kim tomo todas sus cosas junto con aquel ramo de flores que había comprado horas antes, salió de su apartamento, dándole unas últimas caricias a su pequeño perrito quien se encontraba durmiendo y que únicamente gruño cuando su amo le despertó de su increíble sueño.

Cuando estuvo en su auto y arranco a su destino, quiso llamarle a aquella joven, pues incluso un patán cómo él tenía la ilusión de las citas como las películas románticas en dónde debia recoger a su pareja, pero el golpe de realidad fue que la Omega le había enviado directamente la dirección del lugar donde se verían, haciendo que el Alfa jadeara en inconformidad pero finalmente de aceptación.

Lo que fue su sorpresa al estacionarse era que el lugar que esperaba fuera un restaurante elegante o una área con cinco estrellas de puntuación en realidad era un sitio acogedor, una cafetería tan normal y básica para Kim, pues solo la estaba juzgando desde su propio gusto, glamuroso, lleno de elegancia y más, pero a diferencia suya, aquella mujer era más simple, alguien a quien parecía importarle más lo acogedor que lo brillantemente lujoso. El Alfa decidido salió del auto y se quedó recostado en una parte de este, apoyando su brazo mientras tecleaba en su teléfono móvil, esperando que aquella omega no tomara de excusa el arrepentimiento para dejarle plantado.

Tal parecía que el destino le escuchaba esa noche, pues unas suaves manos se posaron sobre sus ojos, cubriéndolos mientras una voz dulce susurraba su nombre, aquel aroma que tanto conocía se hizo presente, sintiendo la embriagante fragancia del vino junto con la ligereza de la manzana, haciendole sonreír, llevando sus propias manos a atrapar las de la femina para llevarlas a sus labios y dejar un corto beso sobre ellas.