Primera Cita II

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[Pov Hoseok]

"El destino es una manera forzosa de creer en el amor, es una forma egoísta de destruir corazones y de unir vidas que no quieren realmente estar juntas"

Ese era el pensamiento del pequeño Omega quien desde su adolescencia se negaba a creer en las parejas predestinadas, odiando así a aquellos Alfas quienes creían tener el control sobre los Omegas y viceversa, no quería pasar por aquello, por una ruptura al saber que su Alfa destinado podría ser alguien quien únicamente lo tratara como un objeto. Aunque también estaba su inseguridad por saber que aquel quien se hacía llamar destinado jamás le vería por quién realmente era, si no por un estúpido lazo.

Por eso mismo se había negado a las citas después de que ninguno comprendía su mente y corazón, después de ver que a nadie le importaba sus gustos, que nadie miraba sus ojos cuando hablaba de aquello que le apasionaba, por eso se rindió a pensar en "amor" y enterró por años aquellos pensamientos. Lo había hecho bien, estaba bien hasta que llegó aquel hombre quien le fastidio cada uno de sus planes, quien con coqueteos tontos y sonrisas traviesas despertaron el anhelo en su corazón, ese que creyó no existía más.

Sabía que estaba mal por mentir, por hacer lo que estaba haciendo esa tarde, dejando que Jimin lo maquillara y que escogiera su vestuario después de haberle dado un sermón de lo que estaba haciendo incorrectamente, su mente, su corazón apretándose y sobre todo su lobo quien por alguna razón tenia sus orejas bajas incluso estando emocionado pero en su ilusión también sentía temor, temor por saber que estaba lo suficientemente atraído por el alfa que le dolería si este le rechazará sin siquiera haberse conocido por completo, si iba a dolerle quería que fuera un dolor por completo.

Pero esas ideas negativas se esfumaron como el viento cuando vio a tal hombre recargado en su auto, frente a su cafetería favorita y uno de sus lugares seguros, luciendo tan tranquilo, tan atractivo que quiso caminar de puntillas y cubrir sus ojos para sorprenderlo, sonriendo cuando los labios de aquel Alfa besaron su mano, acto que pudo sentirse tan simple pero que para Jung fue algo que le hizo despertar aleteos en su estómago, como las tontas mariposas de las que tantas veces le habían hablado.
Y hubiera sido solamente eso, pero tal parecía que dicho hombre estaba haciendo que el muro que había construido con tanto esfuerzo se derrumbara con facilidad, llamándolo lindo, hermoso y tantas cosas más, sonrojandose por él, haciendo lo que siempre decía que le incomodaba pero que realmente siempre quería, que lo tratarán con ternura, cómo lo que siempre envidiaba de las relaciones, como Jungkook lo hacía con su hermano, quería eso, su Omega lo había deseado tantas veces que movia la cola con disimulo, pues tanto su lobo como él eran tercos para demostrar realmente lo que tanto querían y sentían.

La noche para Jung Hoseok se detuvo cuando vió la sonrisa cuadrada de Taehyung mientras sostenía un ramo de girasoles y se los entregaba, cuando lo escoltaba dentro de la cafetería, incluso cuando espero a que él se sentará en el asiento que la mesera les había indicado, no podía seguir así, se sentía desarmado por Kim, por el alfa mujeriego que ahora se comporta a como un completo caballero, tímido e ingenuo, y era estúpido pero no le importaba serlo, habia caído en la trampa que tenia miedo entrar.

[Taehyung]- ¿Por qué este lugar Yuki?

Esas palabras le hicieron eco en su cabeza, pues sabía la razón, lo había decidido desde esa noche en que acepto esa cita, pero decirlo en voz alta era distinto, la ansiedad de saber que tan diferentes eran le provocaba nervios, pero si quería ser sincero al menos por una parte, quería mostrarle poco a poco quien era él, quien era Jung Hoseok.

[Hoseok]- Quiero conocerte y que tú me conozcas a mí Alfa.

Las palabras resonaron entre esa pequeña habitación en dónde estaban únicamente ellos dos, viéndose con ilusión, con pequeñas sonrisas y sus manos que en el transcurso de los minutos se habían encontrado, entrelazando sus dedos y aferrándose el uno al otro. Las horas fluyeron y no hubo necesidad de buscar temas de conversación, pues hablaron hasta que el café que el Omega había pedido se enfriará y el helado que el alfa ni siquiera degustó se derritiera en aquella copa de cristal.

El domador de Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora