❝ En medio del Torneo Mundial de los Magos, Livia Krum, una joven rebelde y decidida a forjar su propio destino, llega a Hogwarts con un solo objetivo: ganar. Pero sus planes cambian cuando conoce a Pansy Parkinson, una chica que representa todo lo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los pasos resonaban en los pasillos vacíos, rápidos y decididos, mientras me alejaba de la terraza. Mi corazón latía con fuerza, no por la carrera, sino por las palabras que había escuchado. Las paredes de Hogwarts habían guardado secretos durante siglos, pero ahora parecían cerrarse a mi alrededor, confinándome con la amarga verdad que acababa de descubrir.
Livia Krum, comprometida con Draco Malfoy.
No sabía qué parte de esa revelación me perturbaba más: el hecho de que Draco, quien siempre había sido parte de mi vida de una forma u otra, estuviera comprometido con alguien que había comenzado a ocupar un espacio en mis pensamientos… o el hecho de que Livia, con su carácter fuerte, estuviera ligada a alguien que no podía amar. Me ardía la sangre pero no sabía por qué exactamente.
Mis pies me llevaron a mi habitación, el único lugar donde podía encontrar un refugio temporal, pero incluso allí, el ambiente era sofocante. Los ojos de mis compañeros me seguían, llenos de curiosidad y murmuraciones silenciosas, como si todos supieran lo que acababa de descubrir. Nunca me había encontrado con tanta gente en las escaleras... Pero porque justo ahora.
Me dejé caer en un sillón, intentando calmar la tormenta dentro de mí. No era el compromiso en sí lo que me afectaba, sino lo que representaba. Era una señal de que Livia y yo estábamos destinadas a caminos diferentes, caminos dictados por nuestras familias, nuestras obligaciones, nuestras malditas tradiciones.
Pero, ¿por qué me importaba tanto?
Mi mente se debatía entre la rabia y la confusión cuando escuché un murmullo de voces acercándose. Levanté la mirada para ver quien había entrado a mi habitación y era Livia. La vi buscarme con la mirada, y cuando nuestros ojos se encontraron, supe que había escuchado lo que quería decir.
—Pansy —dijo, su voz cortante y determinada mientras avanzaba hacia mí.
Me puse de pie antes de que pudiera alcanzarme, mi corazón latiendo con fuerza en mis oídos. No estaba lista para esta conversación, no ahora.
—No quiero hablar de esto —dije fríamente, dándole la espalda.
—Tenemos que hablar —insistió Livia, su tono más suave, como si estuviera intentando calmarme.
