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Salí del Gran Comedor con la excusa de que necesitaba “aire fresco”

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Salí del Gran Comedor con la excusa de que necesitaba “aire fresco”. Killiam gritó algo detrás de mí, probablemente una burla o un comentario sarcástico, pero no le presté atención. Mi mente estaba ocupada en una sola cosa: Pansy.

El pasillo estaba más silencioso de lo que esperaba, sólo el eco de mis pasos resonaba contra las paredes de piedra. Miré a ambos lados, tratando de adivinar hacia dónde había ido. ¿La biblioteca? No, demasiado obvio. ¿Los invernaderos? Improbable, no es de las que se interesa por plantas mágicas…

Entonces, lo sentí. Esa especie de atracción magnética que siempre me llevaba hacia ella, incluso cuando no quería. No era magia, no un hechizo al menos, pero era igual de poderosa. Giré hacia el corredor de la torre sur, y ahí estaba.

Pansy estaba de pie junto a una ventana abierta, con la luz del sol de la mañana iluminando su perfil. Su cabello oscuro caía sobre sus hombros, y por un segundo, me sentí como si estuviera viendo una pintura en movimiento. Luego, recordó mi existencia.

—¿Qué haces aquí? —preguntó, sin girarse del todo. Su tono era frío, pero había algo en su postura, en la rigidez de sus hombros, que delataba que no estaba tan tranquila como quería aparentar.

—Podría preguntar lo mismo —respondí, apoyándome contra la pared opuesta con los brazos cruzados. Intenté parecer casual, aunque mi corazón latía tan fuerte que temí que ella pudiera oírlo.

Pansy finalmente me miró, sus ojos fijos en los míos como si intentara leer mi mente.
—¿Qué quieres, Krum?

La forma en que dijo mi apellido, como si fuera una daga que lanzaba en mi dirección, me hizo fruncir el ceño.
—¿Por qué siempre haces eso?

—¿Hacer qué? —respondió, ladeando ligeramente la cabeza.

—Eso. Hablarme como si… como si ni siquiera fueras tú misma.

Por un momento, no dijo nada. Sólo me miró, sus ojos oscuros escrutando cada centímetro de mi rostro, como si estuviera buscando algo que ni siquiera yo sabía que tenía. Finalmente, dejó escapar un suspiro, volviendo su mirada hacia la ventana.

Veins Of Velvet Night - Pansy Parkinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora