❝ En medio del Torneo Mundial de los Magos, Livia Krum, una joven rebelde y decidida a forjar su propio destino, llega a Hogwarts con un solo objetivo: ganar. Pero sus planes cambian cuando conoce a Pansy Parkinson, una chica que representa todo lo...
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El resto de la cena pasó en un extraño tira y afloja silencioso. Pansy seguía lanzándome miradas que me hacían sentir como si estuviera bajo un Lumus Maxima, mientras Killiam, encantado con su pequeño espectáculo, no dejaba de hablar conmigo de forma exageradamente cariñosa.
—Entonces, Livia, ¿te acuerdas de esa vez que accidentalmente casi hicimos explotar la clase de Pociones? —preguntó, riéndose como si no hubiera sido el desastre que todos recordábamos.
—¿Cómo olvidarlo? —respondí, rodando los ojos. —Snape casi me envió de vuelta a Ilvermorny por tu culpa.
—Oh, vamos. Tú fuiste la que confundió las escamas de dragón con piel de murtlap.
—¡Porque tú dijiste que eran lo mismo!
—Detalles, detalles… —dijo, encogiéndose de hombros mientras tomaba un trozo de pan.
Mientras discutíamos, podía sentir cómo las miradas en mi dirección aumentaban. No solo las de Pansy, sino también las de algunos curiosos en la mesa de Ravenclaw, incluso Gryffindor. Era como si nuestra dinámica estuviera pintada en un cartel luminoso para que todo el mundo la analizara.
Finalmente, me cansé del teatro. —Killiam, gracias por tu increíble apoyo emocional —dije, poniéndome de pie—, pero creo que voy a dar una vuelta antes de que alguien escriba una novela sobre nosotros.
—¿Novela? Qué optimista. Yo estaba pensando en una canción. —Me guiñó un ojo y volvió a sentarse, completamente cómodo con el caos que había creado.
Suspiré y salí del Gran Comedor, sintiendo el peso de varias miradas siguiéndome. Mis pasos me llevaron hacia los jardines, donde el aire frío me golpeó como un balde de agua helada. Era justo lo que necesitaba para despejar mi mente.
O eso pensé, hasta que escuché una voz detrás de mí.
—¿Es esto lo que haces ahora?
Me giré rápidamente, y allí estaba Pansy, con los brazos cruzados y una expresión que no podía descifrar del todo.
