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nuevo caaap!! agradecería muchísimo que votaran y comentaran para tener ánimos de continuar la his :)

☆ ☆ ☆ ☆ ☆
⟵ CAPÍTULO 11

MARA llegó a casa después de haber pasado la tarde en el desguace. Solo se escuchaba el volumen alto de la televisión. Su padre no estaba en casa hasta mañana por la mañana, había salido a pescar con sus viejos amigos aquella noche. La morena se temió lo peor mientras se aproximaba al salón.

Su madre estaba tirada en el sofá, bebiendo cerveza y con botellas de cristal verde por todos lados. Melissa tendía a beber demasiado por las noches, algo que a la pequeña Mara y a la Mara de ahora le daba miedo.

Nate solía quedarse con Melissa o cuando salía escondía las cervezas con miedo de que algo le pasase a su hija, pero con el paso del tiempo Melissa descubrió donde guardaba su esposo la bebida.

—¿Mamá? —Susurró la ojiverde quitándose la mochila, dejándola en el suelo.

—¿Dónde estabas? —la rizada miró a su hija con algo de desprecio, algo que incomodó a la chica—. ¿Otra vez con tus amiguitos?

—Perdón por llegar tarde, —se agachó recogiendo las botellas vacías de suelo, habían más de cinco por lo menos— se complicó un poco y

Antes de terminar, Melissa tomó el rostro de su hija haciendo que ésta lo mirara. Mara apretó sus labios con fuerza evitando que sus ojos se aguaran.

—Se acabaron las excusas, Mara. —su madre la tomaba cada vez más fuerte—. Dime dónde estabas, sé que no estabas en la playa.

Champ comenzó a gruñir poniéndose detrás de la menor.
Mara no quería decirle la verdad, no podía. John b la mataba si alguien se enteraba de que habían encontrado el oro.

—Te digo la verdad, estábamos en la playa pero llegaron los kooks y —antes de poder terminar de formular su pregunta, la ojiverde recibió una fuerte cachetada en su mejilla. Ella la sujetó con dolor y aguantando sus lágrimas en sus ojos.

—Aparta de mi vista, ahora.

Melissa nunca había pegado a Mara. La había amenazado con hacerlo pero nunca había cruzado la línea. La chica fue directa a su cuarto tomando su mochila y por atrás la seguía su perro. Se encerró en su habitación y encendió la radio a todo volumen.

Cuando la ojiverde se tumbó en la cama acarició su mejilla, le ardía cada vez que la rozaba, solo deseaba que no le quedara ningún hematoma en la piel. Mañana vería a sus amigos.

Poco a poco trató de dormirse abrazando a su perro, al cual trataba de calmar. Soltaba de vez en cuando lloriqueos, sintiendo pena por su dueña.
Mara terminó dormida, aunque justo antes de eso una lágrima desprendió por su mejilla cada vez menos roja.








Nate estaba durmiendo junto con Melissa en la cama, aún no se había enterado del suceso de anoche. Mara sin más se cambió por un bikini y optó por unos shorts y una camisa rosa de tiras. Su cabello estaba recogido en una media cola.

Después de servirse un par de uvas en un cuenco salió al jardín trasero donde su padre se dedicaba a arreglar las constantes cosas que se rompían de la casa.

La ojiverde quería despejar la mente de cualquier forma, así que tomó su tabla y comenzó a quitarle la cera que había dejado desde que salió a surfear con JJ.

Hablando de el rey de Roma, el rubio apareció el primero por allí. Con la excusa de que vivía cerca y había madrugado.

—Hola, Mar. —Dijo tratando de captar la atención de la chica, hasta Champ notó antes de su presencia que ella.

—Oh, hola. —la castaña se rascó la frente y apretó sus labios revisando la hora en su reloj ya viejo—. ¿No habíamos quedado más tarde?

—Decidí madrugar. —El rubio se sintió orgulloso y la chica se acercó dándole unas palmaditas en el pecho.

—Felicidades, amigo mío. —Mara volvió al garaje buscando una silla para su mejor amigo. JJ de mientras, aún procesaba el contacto con Mara.

Desde que había hablado en el desguace con Pope y John sobre su posible amor con Mara empezó a cuestionárselo, dándose cuenta que a lo mejor había algún que otro sentimiento, pero no cuidaba ni de sí mismo, ¿sería capaz de cuidar de Mara?

La ondulada giró su cabeza mostrando el otro lado de su perfil, algo irritado por culpa del suceso de anoche.

—¿Qué te pasó? —Preguntó tomando la barbilla de la chica y girando su cabeza para poder ver la zona afectada mejor.

—Champ, esta mañana estábamos jugando y sin querer me arañó.

—Mientes. —JJ se cruzó de brazos y miró a la chica con el ceño fruncido.

—¿Qué? —Mara negó con su cabeza—. Te lo digo enserio, tío.

—Estás hablando con un profesional que se ha llevado miles de palizas. —dijo tomándose sus traumas como un chiste—. ¿Te pegaron tus padres?

—Mi madre iba un poco borracha y se dio cuenta de que le estaba mintiendo. Ha sido un pequeño roce que hemos tenido ambas, estoy bien. No ha sido para tanto ni siquiera me dolió. —La chica se encogió de hombros mirando al suelo, concentrándose en las botas de su mejor amigo.

—Mara... —El rubio hizo una mueca apenado.

—No le cuentes nada al resto, por favor. No ha sido nada y confío en que jamás lo volverá a hacer. —La chica miró el árbol que tenía justo al lado de ella sin querer mirar los ojos azules de JJ.

El rubio jaló del brazo de la chica abrazándola, revolvió su pelo divertido. Mara lo correspondió y cerró sus ojos antes de que una lágrima cayera, pero fue muy tarde.

El rubio se separó y miró su camisa, al verla húmeda señaló a la chica.

—¡Has llorado! —Soltó una risa tratando de hacer reír a la chica.

—¡No mientas, tío!

...

súper corto pero bueno un poco de la relación de Mara con su madre :(((
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𝐌𝐀𝐑𝐁𝐋𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒 || JJ MaybankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora