Capítulo 19

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Ralph

"¡No!", la voz de Juliett al otro lado de la línea me hace apartar el teléfono de mi oído, cerrando los ojos en respuesta al tono de su voz. La posibilidad de quedarme sordo es alta si tengo que lidiar con situaciones como esta en el futuro, durante todo el año.

Mis ojos se dirigen a Otto, quien parece haber escuchado su repentino ataque de ira mientras yo aflojo las mangas y mi camisa y la subo hasta los codos.

"Hablamos de esto y mi respuesta siempre será la misma. No voy a ir a Florida. Si tú piensas ir, entonces puedes ir sin mí". Ella sigue hablando, haciendo que me dé la vuelta para mirar por la ventana del cristal, hacia la concurrida calle de la ciudad.

"Es su aniversario, Juliett. ¿Qué puedo decir?", sueno derrotado, sin saber realmente como razonar con Juliett por ser tan terca. "Tienes razón, ambos estamos muy ocupados y comprometidos con nuestras carreras, pero ella también tiene razón, la familia es lo primero. No puedo decirle que no y tú lo sabes", agregué.

Cuando entre a mi edificio, mis empleados se sorprendieron de verme. Pensaron que me tomaría una semana o incluso un mes libre para pasar un tiempo de calidad con mi llamada ¨esposa¨. Sus ojos se abrieron como patos, ya que esperaban algo diferente, pero una vez más, no dije nada en la reunión sobre tomarme un tiempo libre.

Los rumores comenzaron a correr por el edificio durante las ultimas horas desde mi llegada, diciendo que soy un adicto al trabajo por no pasar tiempo con mi esposa y que me importa más mi carrera que cualquier otra cosa. Poco saben ellos, no es lo que piensan.

Solo han pasado tres días de la boda. Juliett y yo tomamos un día libre para desempacar y ayudarla a instalarse; eso fue básicamente todo. No prestamos atención a los medios de comunicación sobre nuestra boda o noticias sobre el ¨soltero¨ perdiendo el título cuando finalmente me convertí en el esposo de alguien.

"Mi respuesta sigue siendo no, pero como dije antes, puedes ir sin mí", ella responde antes de que se haga un silencio. El único sonido que puedo escuchar es alguien llamándola y declarando alguna especie de emergencia. "Mira, Ralph, realmente tengo que ir. Adiós", luego, la línea se corta sin darme ni un segundo para responder, lo que me hace bajar la mirada a mi teléfono mientras suspiro profundamente.

Es cierto que nunca podré entender lo agotador u ocupado que es ser neuróloga, pero ella realmente necesita darse tiempo para sí misma. Trabaja demasiado duro como si estuviera haciendo todo lo posible para evitar su vida personal por alguna razón desconocida que me preocupa por su propia salud, especialmente a Edward, un anciano al que ella quiere mucho.

"No sé qué más decirle", miro a Otto que actualmente está sosteniendo algunos archivos mientras me mira.

Otto carraspea, "Me temo que no soy muy aficionado a las mujeres y a su forma de explicar las cosas, Sr. Stetson. No puedo ayudarlo mucho en ese departamento", responde, lo que me hace levantar una ceja ante su respuesta; siempre ha estado bastante nervioso a mi alrededor, aunque han pasado años desde que se convirtió en mi asistente personal.

Mis ojos divagan para observar más de cerca la apariencia de Otto. El mismo pelo oscuro y desordenado de siempre sin ningún cambio excepto un pequeño recorte, gafas con montura gruesa y sin rastro de barba de un día. Me lleva un tiempo darme cuenta de que, incluso después de años de conocerlo y pasar tiempo con él como jefe, nunca me he dado cuenta de cómo ha sido siempre su apariencia.

"¿No tienes una novia?", pregunto, recostándome en mi asiento sin apartar la mirada de Otto.

Parece sorprendido por mi pregunta, lo que hace que se ajuste las gafas para que no se deslicen por el puente de su nariz. "No... Sr, Stetson. De hecho, nunca he tenido una novia", tartamudea.

Silencio de la PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora