Ralph
Con un suspiro profundo, levanto mi mano derecha para presionar el timbre de la puerta, pero cuando mi dedo está a centímetros de distancia, la puerta se abre de golpe, revelando a Juliett que está poniéndose los pendientes en su oreja. Ella examina mi traje y corbata, una sonrisa estampada en su rostro ates de hacerme un gesto para que entre.
"Qué rápido", digo mientras ella cierra la puerta detrás de nosotros. Luego, me volteo para verla dirigirse hacia la cocina, mirándose en el espejo.
Juliett se ríe mientras mis ojos vagan por su apartamento, todo parece ser igual excepto por el sofá; antes no era de cuero. Justo cuando estoy a punto de preguntarle sobre el repentino cambio de sofá, me quedo sin palabras cuando ella se voltea para mirarme su belleza me hipnotiza, el vestido brillando debido a la luz brillante.
No es solo su vestido, sino que es ella. La forma en que su maquillaje realza su rostro haciéndolo más atractivo en lugar de cambiar sus rasgos naturales, ella es una diosa absoluta. Mi corazón comienza a latir rápidamente mientras solo permanezco allí mirándola sin que ella se dé cuenta de cuánto veo más allá de sus hermosos rasgos, ella es perfecta... impresionantemente perfecta.
Miro su piel blanca, sorprendido de lo radiante que está y de cómo combina con el resalte en sus pómulos, lo que me hace aclarar mi garganta mientras sus labios comienzan a hablar palabras que no puedo comprender ni escuchar debido a que estoy perdido en mi propio mundo.
"Así que... lo golpeé de nuevo", dice, riendo suavemente. "Quiero decir, estaba siento bastante molesto y no tuve otra opción. Ambos sabemos cómo es Nikos cuando me ve. Actúa como una persona diferente... balbuceando y diciendo cosas que ni siquiera quiero saber", agrega.
"Sí, él es así", murmuro después de aclarar mi garganta nuevamente, captando su atención después de verla levantar una ceja, antes de dar unos pasos hacía mí. "¿Qué?", pregunto tan pronoto como me doy cuenta de cuan cerca estamos, lo que me hace mover incómodamente.
Ella coloca la parte posterior de su mano en mi frente, "¿Tienes fiebre? ¿Dolor de garganta?", pregunta, lo que me hace rodar los ojos y apartar su mano. Nuestros rostros están a centímetros de distancia, pero no presto atención a sus ojos ni siquiera a sus labios porque cuanto menor es la distancia, más incómodo me siento, lo que me hace dar un par de pasos hacia atrás, sorprendiéndola.
"Estoy bien, perfectamente maravilloso", respondo, arreglándome mi traje mientras ella encoje los hombros, mirándose en el espejo de nuevo, ignorándome por completo, lo cual me alivia más.
No hay nada en mi mente ni en mi corazón excepto mi aceptación de su belleza. Ella es muy impresionante, espectacular. Esta noche, en este momento, ahora mismo, admito que es la mujer más hermosa que haya conocido y nadie la superara pronto. Ella es única.
"¿Me puedes ayudar?", pregunta, haciéndome girar para mirarla. Mis ojos se dirigen a sus manos y veo que está señalando detrás de su cuello, pidiéndome que la ayude a atarse el vestido, así que asiento con la cabeza y me acerco lentamente a ella con ambos manos atando el vestido sin querer hacer ningún contacto con la piel, pero fallo miserablemente.
Miro hacia abajo su espalda, apretando la mandíbula antes de apartarme tan pronto como termino.
Ella se gira hacia mí, "¿Cómo me veo? ¿Mi cabello? ¿Mi maquillaje? ¿Mi vestido? ¿Todo se ve bien para ti o necesito cambiar algo? Puedes ser honesto conmigo, no me importa", pregunta, sus ojos se agrandan con cada palabra que sale de su boca antes de recibir un asentimiento de mi parte.
"Te ves hermosa, Juliett", respondo, el cumplido dirigido sinceramente hacia ella con una sonrisa que hace que ella sonría también. Ambos nos quedamos mirando durante unos segundos antes de que deje de hacer contacto visual y me dirija hacia la puerta principal, haciéndole un gesto para que salga cuando esté lista.
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Silencio de la Pasión
RomanceRalph, un multimillonario y CEO de la prestigiosa empresa de sombreros Stetson, ha sido nombrado uno de los cinco solteros más atractivos de Oklahoma por dos razones: su increíble atractivo y su conocida aversión al matrimonio, motivada por un profu...