Capítulo 32

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Juliett

Hace dos meses, perdí a una persona que significaba el mundo para mí: era mi padre, mi único papá que me enseñó todo lo que necesitaba saber. Me dio todo lo que necesitaba tener, me amó con todo su corazón y se preocupó por mí y por mi madre más de lo que se preocupaba por sí mismo.

Todo lo que necesitaba era que se quedara. Que se quedara un poco más. Lo suficiente como para demostrarle cuánto lo amo, cuánto esperaba pasar más tiempo juntos que separados así, para siempre.

Vi dolor en mis ojos. Vi dolor en los ojos de todos y hacían todo lo posible por ocultar la tristeza que sentían, pero fracasaron miserablemente porque la tristeza por su muerte era incapaz de ocultarse. La tristeza quería mostrarse, quería surgir y quería controlar.

Veintiséis años de mi vida, esperé una eternidad. Tal vez esperaba algo imposible en este mundo, algunos podrían decir que estaba loca porque mis deseos y esperanzas era estúpidos. Eran deseos locos.

En lo más profundo de mi ser, sé que siempre habrá un pequeño rastro de esperanza para alguien como yo. El adiós para siempre puede no ser ¨para siempre¨ como esperábamos, porque un día simplemente puedo ver la sonrisa pegada en su rostro, el azul de sus ojos, las arrugas cerca de sus labios. Incluso puedo sentir la suavidad de su tacto, escuchar la alegría de su risa y saborear la deliciosa comida que cocinaba. Tal vez, solo tal vez, algún día, en un sueño en el que los dos estaremos sonriendo.

Mis ojos vagan por el camino mientras me dirijo hacia el café más cercano, deseando sale algo a Ralph; desde que se quito el yeso la semana pasada, me ha estado molestando por su strawberry shortcake favoritos y yo tampoco pude resistirme.

Una figura familiar me sorprende, "¿Sofía?"

Sus ojos marrones encuentran los míos mientras ella se limpia las lágrimas que han caído, lo que me hace acercarme inmediatamente a ella. Ver a Sofia llorar parece ser una de las cosas más raras de la vida. Ella es fuerte, incluso más fuerte que sus hermanos, entonces ¿por qué diablos estaría llorando en medio de la calle?

"Juliett, no esperaba verte aquí", responde ella antes de fingir una sonrisa, tratando de ocultar las preocupaciones que brillan en sus ojos.

"¿Estás bien, Sofia?", pregunto.

Ella asiente, "Nunca he estado mejor. No te preocupes por mí, solo estaba desayunando", dice con otra sonrisa, controlando su respiración agitada.

Tomo su mano, "Puedes contarme cualquier cosa, Sofia. Sabes eso, ¿verdad? Además, no eres buena mintiendo. Tus hermanos podrían no haberlo descubierto, pero puedo cómo evitar hacer contacto visual conmigo. Así que dime, ¿por qué estabas llorando en medio de la calle cuando deberías estar en la universidad?", le doy un apretón tranquilizador, deseando darle la fuerza para enfrentar algo que ella está ocultando.

Sofia se queda en silencio por un momento, probablemente su cabeza anda revolucionada mientras intenta pensar en más excusas, pero asiente "¿Podemos hablar adentro?"

Sonrío, haciendo un gesto para que entre primero.

Justo cuando estoy a punto de abrir la puerta, siento la frialdad a mi alrededor, lo que me hace mirar al cielo, es la primera nevada del año. Mis labios se curvan en una sonrisa al ver los copos de nueve, haciendo que uno caiga en la palma de mi mano.

El tiempo vuela y no me toma mucho tiempo darme cuenta de que la navidad está cerca.

Inmediatamente sigo a Sofia hacia adentro, tomando asiento frente a ella mientras juega con las puntas de sus dedos. Sofia y sus hermanos tienen mucho en común, algo en lo que he estado prestando atención, pero actúan de manera diferente cuando están nerviosos; Sofia, se inquieta o golpea el pie. Andrés, limpia su garganta mucho y probablemente se frota la nuca mientras que Ralph, aprieta la mandíbula y suspira mucho. Sus manos también pueden temblar.

Silencio de la PasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora