Tímido

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El despertador suena y, como todas las mañanas, Jessica se despierta para comenzar su día. Se baña, se pone el uniforme y baja a la cocina, esperando encontrarse con su madre para desayunar. Para sorpresa de nadie, no está. En su lugar, se encuentra Ana, la señora que les ayuda en la casa. Un suspiro de resignación sale de sus labios mientras se sienta a comer su huevo a la mexicana. La señora la mira y comienzan su charla rutinaria.

-No culpe a su madre, señorita. Ella lo hace para que vivan bien -le acerca un vaso con jugo de naranja y su lonche para la escuela.

-Ya lo sé, Ana, pero quisiera que al menos un día desayunara conmigo. Toda la semana trabaja y los domingos está tan cansada que se levanta tarde. Si no fuera por ti, estaría sola -juega con su comida, evitando la mirada de compasión de la mayor.

-No digas eso. Tienes a Pedro también, y a tus amigos de la escuela.

La joven controla la mueca que está por formarse en sus labios. No podía hacer su mentira tan obvia; si bien no se llevaba con sus compañeros, tampoco es como si se llevara mal con ellos. En más de una ocasión los había defendido para que no les hicieran bullying, razón por la cual Diego y su grupo no la querían. Pero era verdad, solo tenía a Ana y a Pedro, el chofer, quienes la habían visto crecer y eran como sus abuelos.

-¿Cuándo vuelve? -preguntó. Ana evadió la pregunta y ella supo la respuesta: iba a tardar un buen tiempo, probablemente por algún viaje de negocios.

Suena su reloj indicando que es hora de irse, o no llegaría a tiempo a la escuela.

-Ya me voy, Ana -se levanta y se despide con un beso mientras deja el plato en el fregadero y coloca el vaso encima, ocultando que no se había acabado la comida.

Toma su patineta y su walkman con su característico cassette de Flans para dirigirse a la escuela. Esta era una de las razones por las cuales no encajaba del todo con los demás: no tenía un grupo concreto al cual pertenecer.


🎧🛹📷🚬🍭


Estaba justo en la entrada de la escuela cuando la música dejó de sonar. Le tomó un momento darse cuenta de que sus audífonos se habían desconectado, y fue entonces cuando un golpe la hizo caer al suelo. Había chocado con alguien. Comenzó a levantarse hasta encontrarse con los ojos del culpable de su caída.

"Pero el flechazo tardó en llegar,
un chico tímido, algo especial,
ojos azules, me enamorarás."

El muchacho movió su pie para levantarse y se escuchó cómo algo se rompía. La chica dejó de escuchar la música y abrió los ojos asustada para comprobar lo que temía: su preciado walkman se había roto.

-¡Carajo! -exclamó. El joven, al notar esto, se puso rojo de la vergüenza. Recién llegaba y ya la había cagado.

-Perdón, no fue mi intención, de verdad -comenzó a disculparse, mientras la chica revisaba si su aparato tenía arreglo. Pero no, estaba completamente roto.

-Está bien, no te preocupes, yo fui la que se distrajo -suspiró con pesadez; ni siquiera el cassette se había salvado. Resignada, se levantó y le ofreció la mano al contrario. Ya habían hecho un espectáculo al estar en el piso durante un buen rato; no pensaba llamar más la atención si podía evitarlo. Él aceptó la ayuda y, ya de pie, ambos se sacudieron la ropa.

-¿Eres nuevo, cierto? ¿Cuál es tu nombre?

Estaba asombrado, pues no creía que después de ese accidente ella le fuera a hablar más.

-Guille... solo Memo -respondió tímidamente, estirando su mano para estrecharla.

-Bueno, *solo Memo*, me llamo Jessica. No causes más accidentes y suerte en tu primer día -sacó una Tutsi Pop de su mochila y la dejó en su mano, que aún estaba extendida. Entró a la escuela y tiró su walkman, o lo que quedaba de él, a la basura.

El chico sonrió feliz por la broma; presentía que sería un día no tan malo. Guardó la paleta en su bolsillo y se adentró en la escuela.


🎧🛹📷🚬🍭

El día de la chica transcurrió con normalidad, excepto por el chisme que ya todos sabían sobre Marifer y Alex.

Entró al baño, donde se encontró con Mariana y Paulina hablando sobre dicho acontecimiento. Hizo pipí y, al salir para lavarse las manos, vio a las chicas excusándose con Marifer por los chismes. Esta suspiró y se vio en el espejo un momento.

-No les hagas caso, necesitan chismorrear sobre alguien para darle emoción a sus vidas -comentó. No se llevaba mal con ella; habían hablado un par de veces, pero al no estar en el mismo salón, no tenían mucha interacción. Marifer solo afirmo sarcásticamente y ambas salieron del baño.

Afuera, escucharon las voces de Alex y Diego discutiendo. Jessica corrió para ponerse frente a ellos.

-Déjalo ya, Diego -le dio una mirada asesina.

-¿Entonces ya lo bajamos? Porque pesa -dijo Diego. El "líder", si es que así se le podía llamar, asintió para después irse. Los demás muchachos dejaron caer a Memo, quien se golpeó fuertemente contra el suelo, provocando que la chica cerrara los ojos al escuchar lo fuerte que había sido el impacto.

-Te dije que no te metieras en problemas -le dijo mientras lo ayudaba a sacudirse, mientras el ojiazul se disculpaba nuevamente-. ¿Qué onda, Alex? -saludó, un poco tarde, recibiendo un ligero "qué onda" como respuesta. Una vez comprobado que Memo estaba bien, se retiró sin decir una palabra.

Llegó a la biblioteca, como solía hacer, para leer. Esta vez, el libro era *Batallas en el desierto*; lo había visto en un librero en su casa y no dudó en llevárselo. Apenas llevaba unos diez minutos leyendo cuando llegaron Tenoch y su grupo a hablar sobre su negocio "súper secreto". Esta vez, Memo venía con ellos. El muchacho se sentó frente a ella, incómodo, esperando a que el grupo decidiera qué hacer.





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Bueno aquí está el primer capítulo espero que les guste intente no hacerlo tan largo y quiero aclarar que estare haciendo más incapie en la relación de Memo y la rayis y no tanto en lo que pasa en la serie porque siento que ya hay bastantes Fanfics en los que pasa lo mismo y se me hace un poco cansado leer lo mismo una y otra vez pero espero que les guste y no se olviden de votar ☺

Cuando Pase el Temblor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora