Vuela Vuela

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Llegaron puntuales y se llevaron la sorpresa de que eran los primero en llegar, después de un rato comenzaron a llegar los demás Jessica fue por un refresco a la cocina y Memo desde su lugar susurraba en su dirección las sabias palabra de Pascual para ligar.

Benny y Eric se lo llevaron a la cocina para ofrecerle una cerveza y al encontrar a la chica ahí también le dieron una a ella quien al igual que Memo la bebió de golpe, después de eso el ojiazul siguió tomando y bailando con los demás, todos gritaban su nombre y Jessica lo veía bailar mientras ambos reían de un momento a otro el chico la jalo para que bailan juntos como lo habían hecho en su cuarto.

"Cuando pienses que el amor
Se ha olvidado de que estás ahí
Vuela, vuela con tu imaginación
Si no puedes ser feliz
No te rindas puede recurrir
Vuela, vuela con tu imaginación"

Ahora gritaban el nombre de ambos; primero uno y luego el otro.

En un momento de la noche, la tensión en la casa subió de nivel cuando Marifer y Alex comenzaron a discutir en medio de la sala. Marifer, sin contenerse, gritó:

- ¡Wey te gusta Rafa! - el nuevo chico que había llegado a trabajar al videoclub - hasta Memo se dio cuenta, mueves la patita cuando estas emocionado.

De regreso el silencio en el auto era incómodo, solo se escuchaba a Memo hablar en inglés con la chica.

-You know, tonight was... interesting. I just wish things weren't so complicated -dijo, esperando que sus palabras aliviaran la atmósfera.

Jessica, entendiendo parcialmente lo que decía, sonrió con tristeza y respondió en español:

-Nada es fácil, Memo. Pero a veces complicarse un poco la vida es la única manera de vivirla de verdad.
Sin previo aviso, Memo se inclinó hacia ella y, con voz suave, le dijo:

- You're diferente Jess and I like it - la chica se sonrojo ante las palabra del contrario pero no dijo nada; el camino siguió así hasta que el ojiazul decidió volver a hablar en español.

- Somos los super amigos - y, mareado por el alcohol, vomitó inesperadamente sobre sus piernas. El momento se rompió bruscamente, y el auto se llenó de risas incómodas y muecas de disgusto. Pascual detuvo el coche para ayudar a Memo a limpiarse y asegurarse de que Jessica estuviera bien.

Finalmente, dejaron a los amigos en sus casas y, al llegar a la de Jessica, Memo la acompañó hasta la puerta, tambaleándose un poco.

-Te quiero mucho, de verdad -susurró, mirándola a los ojos antes de besarla suave y rápidamente en los labios.

Jessica lo miró con una mezcla de sorpresa y ternura. Se sentía abrumada, pero al mismo tiempo no podía negar la chispa que había sentido. Cuando entró a su casa, lo hizo con una sonrisa boba, cuidando de no hacer ruido para que Agustín no se despertará se baño y se acostó a dormir

🎧🛹📷🚬🍭

El día siguiente fue un infierno, no solo por el dolor de cabeza y la sed, sino también porque Agustín notó que Jessica no se sentía bien. Después de muchos gritos preguntándole por qué estaba mal, le dio un golpe lo suficientemente fuerte como para dejar un moretón en su ojo. Un moretón que tendría que cubrir con maquillaje y, tal vez, podría decir que eran solo ojeras.

A pesar de no tener ganas, decidió ir a la escuela caminando, lo cual desconcertó a los que la veían pasar, ya que siempre llegaba en su patineta. Al entrar, se encontró con Memo. Intercambiaron un par de palabras sobre la fiesta, pero ninguno de los dos mencionó el beso.

-¿Estás bien? -preguntó Memo con preocupación. Sus manos dudaron en el aire; inicialmente quería tocar su rostro, pero al final las dejó caer en su hombros.

-Sí, solo me desvelé anoche. ¿Quieres hacer algo divertido? -respondió rápidamente, lo cual no pasó desapercibido para Memo. Era la segunda vez que ella evadía su preocupación, pero él, resignado, asintió con una sonrisa.

Se escondieron en el almacén de limpieza, esperando a que el timbre indicara el inicio de clases. Memo se sentía nervioso; el cuarto era pequeño y Jessica estaba tan cerca que podía sentir su respiración. Ella se asomaba por la puerta de vez en cuando, esperando que los pasillos quedaran vacíos.

Pasaron unos minutos, y al no ver a nadie, Jessica tomó a Memo de la mano y lo arrastró hacia la reja. Subiéndose en un bote cercano, lograron brincar, pero al bajar, Memo cayó con un golpe seco.

-¡Dios, Memo! ¿Estás bien? -susurró Jessica, sorprendida. Rápidamente lo ayudó a levantarse y a sacudirse el polvo.

-Sí, es solo que... nunca había brincado una barda o una reja -respondió él con una sonrisa tímida, aún confundido por lo inesperado de su "escapada"-. ¿Qué se supone que hagamos ahora?

Jessica le dio una gran sonrisa y, sin soltarle la mano, corrieron hasta la parada de camiones más cercana. Tomaron el que los llevaría a la estación de metro, donde su aventura apenas comenzaría.

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A adivinen a quien se le olvido actualizar jajajja pero bueno que les está pareciendo la historia, me gustaría que comentaran porque me emociona mucho saber que hay gente a la que le gusta lo que escribo y no se ustedes pero para mi Memo se me hace que es de esos que hablan inglés estando peditos jajja no se olviden de votar bye bye.

Cuando Pase el Temblor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora