Dreams

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Jessica se acercó a Memo en el pasillo de la escuela, con una mezcla de duda y expectativa en su mirada.

-Oye, Memo... ¿Tienes tiempo para ayudarme con la tarea de inglés? -preguntó. Se sintió un poco extraña pidiéndoselo, pero sabía que él era muy bueno con el idioma.

Memo la miró sorprendido, pero asintió con una pequeña sonrisa.

-Sí, claro. Pero tengo que pasar primero por el videoclub de Alex. Marifer y yo tenemos unas cosas que hacer para el negocio. ¿Te parece si nos encontramos allí?

Ella aceptó con un leve gesto de la cabeza. El resto de la tarde pasó volando, y pronto se encontró en el videoclub, vagando entre los estantes de películas mientras Memo y Marifer discutían detalles con los otros del grupo. Aunque intentó distraerse mirando las carátulas de las películas, no pudo evitar echarle miradas furtivas a Memo. La incomodaba la cercanía entre él y Marifer, aunque no entendía muy bien por qué.

De fondo, se escuchaba Dreams de The Cranberries, apenas perceptible, llenando el ambiente con su melancolía.

Oh, my life is changing everyday
In every possible way
And oh, my dreams
It's never quite as it seems
Never quite as it seems

Memo y sus amigos se encontraban en una conversación en la esquina del videoclub.

-¿Entonces vas a ayudarle con la tarea? -preguntó Alex, alzando una ceja con una sonrisa de complicidad.

-Sí, me lo pidió hace rato. Parece que no entiende mucho de inglés -respondió Memo, rascándose la nuca.

Daniela, que estaba revisando unas cajas cerca de ellos, intervino.

-Pues se me hace raro, es bastante lista. Tal vez solo quería pasar tiempo contigo -dijo con un tono juguetón, lo que hizo que Memo sonriera, pero no respondió.

Finalmente, Memo se acercó a la chica con una película en la mano.

-¿Qué tal si rentamos La Sociedad de los Poetas Muertos? Es buena, y tiene subtítulos en inglés, así nos sirve para la tarea también -sugirió, mostrándole la portada.

Jessica asintió, aceptando la propuesta. En poco tiempo, Pedro llegó a recogerlos en el auto.

-Buenas tardes, señorita -saludó Pedro, abriendo la puerta trasera para ambos-. ¿Y tú eres Memo, no? Ya había oído hablar de ti.

Memo sonrió y asintió, acomodándose en el asiento junto a la protagonista.

-Sí, señor. Encantado.

Mientras el auto avanzaba, Pedro los miró a través del retrovisor.

-Y dime, Memo, ¿qué te ha parecido la escuela? -preguntó casualmente-. Me imagino que es un gran cambio llegar a una ciudad nueva.

Memo se acomodó en el asiento, un poco nervioso ante la repentina atención.

-Ha sido... interesante. Es diferente a mi antigua escuela, pero creo que me estoy acostumbrando. -volteó a ver a la chica, quería decir cuanto le había ayudado su compañía en estos días pero no se atrevió.

Jessica sintió la mirada de Memo y se volteo hacia la ventana.

-Bueno, seguro que es mejor que se acostumbren rápido, ya que el ritmo aquí puede ser algo exigente -dijo Pedro con una sonrisa. Hizo una pausa y añadió-: Ah, señorita, ¿se acuerda de aquel lugar que le mostré la última vez? Tal vez a Memo le guste conocerlo.

-Sí... podríamos ir algún día -respondió ella, mirando a Memo. No estaba segura de si lo decía en serio, pero sintió una pequeña chispa de emoción al pensar en mostrarle más de la ciudad.

Cuando Pase el Temblor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora