Viento

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En la entrada del metro Memo y Jessica se miraron un instante, ambos con una mezcla de incertidumbre y emoción. Para Jessica, el metro era algo que había usado solo un par de veces con su madre, pero ahora lo abordaría sola por primera vez. Por otro lado, Memo jamás había puesto un pie en él; su vida siempre había estado rodeada de choferes y autos privados. Sin embargo, ninguno de los dos lo confesó. Jessica se separó un momento para comprar los boletos. Él la observó mientras se dirigía al mostrador, sintiendo una ligera ansiedad al verla alejarse en medio de la gente que iba y venía. Al regresar, Jessica le ofreció una sonrisa tranquila y él, casi instintivamente, volvió a tomar su mano, apretándola un poco más fuerte de lo habitual, como si temiera perderse entre la multitud que fluía sin pausa hacia los torniquetes pero en el fondo sabía que eso era solo una excusa en realidad le gustaba tomarla de la mano.

Caminaron tomados de la mano hasta los torniquetes donde tuvieron que soltarse nuevamente para pasar sus boletos, al pasar ambos buscaron la mano contraria como si fuera algo de todos los días, sonrieron ante dicho acto. La estación parecía un mundo subterráneo lleno de eco y movimiento. Jessica se dejó llevar por la emoción de la aventura, mientras Memo la seguía con la misma sonrisa tímida que había mostrado al saltar la reja en la escuela.

Al llegar al andén, esperaron el tren. Jessica notó cómo la mano de Memo la sostenía con una mezcla de firmeza y ternura, como si ambos se aferraran a esa conexión en medio del bullicio que los rodeaba. Cuando el tren llegó, ambos subieron juntos, sin soltarse.

El viaje comenzó con ambos sentados uno al lado del otro, ya que no había tanta gente, mientras las puertas se cerraban y el vagón arrancaba con un ligero vaivén. Memo observaba a los pasajeros y al paisaje que se desdibujaba tras las ventanas del vagón. Era un contraste fuerte con lo que conocía, pero sentía una extraña sensación de libertad, como si el hecho de estar con Jessica le hiciera más fácil aceptar lo desconocido. Por su parte, Jessica disfrutaba de la sensación de movimiento constante y del calor de la mano de Memo apretando la suya con nerviosismo. A pesar de la felicidad él intentaba no mostrarse tan fuera de lugar, pero no pudo evitar preguntarse qué lo había llevado a seguirla en esa pequeña aventura. ¿Por qué había accedido a saltarse las clases y lanzarse a lo desconocido con ella?

En cada estación, el murmullo del gentío y el anuncio de las paradas parecían marcar el latido compartido de sus corazones. Mientras Memo se debatía en silencio, Jessica lo miró de reojo, percibiendo su agitación. Era raro verlo tan fuera de su elemento, y de alguna forma, eso la hacía sentir más cercana a él.


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Al llegar a Chapultepec, una brisa fresca los recibió al salir de la estación. El parque los esperaba con su verde inmenso, sus árboles imponentes y caminos serpenteantes, parecía un mundo aparte. Encontraron un carrito de raspados, donde Jessica insistió en comprarle uno a Memo; ella se pidió uno solo de mango y el chico pidió uno limón con chamoy y tajín, a medida que se adentraban más en el parque, el dulce y frío sabor del raspado se mezclaba con la calidez del momento, mientras continuaban tomados de la mano.

Cuando se terminaron sus raspados Jessica y Memo caminaron hasta el metro; irían a bellas artes pues el ojiazul no sabía mucho sobre el arte y aunque la chica no era experta le gustaba mucho. Desde el momento en que vieron la imponente fachada del edificio, sintieron una especie de reverencia por el lugar. Las grandes puertas de cristal los recibieron con un aire fresco y la promesa de sumergirse en un mundo de arte y cultura.

Memo y Jessica recorrieron las salas de exposiciones con pasos lentos, como si intentaran absorber cada obra de arte, cada trazo y color que se mostraba ante ellos. Memo, que nunca había sido un gran entusiasta del arte, encontró en los comentarios entusiastas de Jessica una nueva forma de ver los cuadros. Ella le señalaba detalles que para él pasaban desapercibidos, y eso lo hacía sentir más conectado con la experiencia. Sin darse cuenta, su mano seguía entrelazada con la de ella, un gesto que ya se había vuelto natural.

Cuando salieron del museo, el sol empezaba a bajar y la brisa era más fresca.

- Sabes me gustan mucho los museos y el arte - Memo la miraba atento esperando que siguiera con la historia - una vez cuando era niña Agustín nos llevó a mi mamá y a mi a una exclusiva exposición privada, tenían orquesta y todo el pedo - sonrió recordando los buenos tiempos - ahí fue donde me di cuenta que me gustaba.

Memo sonrió pensando en que Jessica no podía ser más "perfecta" finalmente se animo y soltó la mano de la chica para con delicadeza pasar un mechón de su pelo detrás de su oreja, ambos sonrieron sintiendo una mezcla de emociones.

Unos acordes de guitarra los atrajeron hasta unas calles más adelante donde una banda callejera estaba tocando. La gente se había reunido alrededor, formando un semicírculo para disfrutar del espectáculo improvisado. Memo y Jessica se abrieron paso hasta la primera fila, donde se quedaron mirando fascinados a los músicos.

La banda tocaba "Viento" de Caifanes, y Jessica cerró los ojos por un momento, dejándose llevar por la melodia se sento en el piso sin importarle lo que pensaran los otros. Memo, por su parte, sentía una mezcla de asombro y alegría al ver a Jessica tan relajada y feliz. Se sentó al lado de ella y Jessica aprovecho la oportunidad para recargarse en el y el hizo lo mismo, en lo más profundo, seguía cuestionándose por qué había decidido acompañarla en esta travesura. ¿Acaso era solo la atracción que sentía por ella? ¿O había algo en su forma de ser, en su valentía y espontaneidad, que lo hacía querer ser parte de su mundo?

Sin soltarla de la mano, Memo la miró y sonrió, comprendiendo que, al menos por ese día, no necesitaba encontrar todas las respuestas. Simplemente quería seguir a su lado, compartiendo esa sensación de libertad.


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Bueno aquí esta otro cap y la verdad es que me esta gustando como fluye la historia aunque siento que es un poco larga nose ustedes qué opinen pero es que no quiero que los capítulos sean de que muy largos y así, pero bueno no se olviden votar bye.

Cuando Pase el Temblor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora