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Mientras estábamos en el camino a CDCE, muchos pensamientos intrusos entraban en mi cabeza. Pensaba en cómo podría cambiar mi vida gracias a eso, o si mi decisión sería dejar fluir las cosas... hasta que el carro donde estaba Rick se detuvo y los mayores bajaron.

—¿Qué sucede? —dije acercándome a ellos.

—Dejaremos a Jim, eso quiere él —dijo Dale.

—¿Están seguros de hacer eso? —les pregunté, mirándolos—. Jim, ¿no puedes más?

Él solo negó con la cabeza; ya no tenía fuerzas para avanzar.

—Carajo... yo, yo no voto en esto —dije, alejándome hacia mi camioneta y agachando la cabeza en el volante.

—¿Mamá? —dijo Ari, tocando mi brazo—. ¿Sucede algo?

Volteé a verla y le di un beso en la frente.

—Solo decisiones de adultos que debemos respetar —respondí, un poco triste.

Después de esa escena, dejaron a Jim debajo de un árbol, lo que hizo que mi corazón se estrujara. Pensaba que por lo menos aun quedaba algo de humanidad. Sabía que él había decidido eso, pero no era algo normal. Aunque aquí todo ya era normal: muertos vivientes en cualquier parte, todo se podía ver ahora.

El camino fue largo, demasiado largo de lo que imaginábamos. Llegamos en la noche a CDCE. Los carros fueron estacionados en cualquier parte, pero en una posición para poder salir si esto en realidad no funcionaba. Cada uno bajó de los autos para encontrarnos con algo completamente horrible.

—Ma-mamá... —dijo Ari, nerviosa, abrazándome.

—No te separes de mí, corazón —dije mientras agarraba mi arma con una mano y sostenía a Ari con la otra—. Rick, busquemos una puerta.

Volteé a verlo, y él estaba abrazando a su familia.

—Sí, tratemos de ver una puerta —respondió, y todos comenzamos a avanzar.

El hospital estaba rodeado de muertos en el suelo, como si hubieran sido exterminados como insectos. Todo olía horrible y se veía igual. Nada era humano, nada tenía una pizca de humanidad.

—Rick, ahí —dije, señalando una puerta en forma de portón—. Vamos allá.

Avancé con todos y golpeé la puerta desesperadamente, tratando de que nos abrieran.

—Por favor, quien esté adentro, recíbanos, hay niños aquí —decía Rick, mientras continuaba tocando.

Seguimos golpeando durante unos 10 minutos seguidos, cuando la noche completa llegó y los caminantes comenzaron a escuchar nuestros golpes y se acercaron. Solo cargué a Ari en mi cadera.

—Rick, no hay nadie aquí. Salgamos antes de que nos acorralen —gritó Shane desde atrás.

Miré a Rick, viendo una esperanza en su cara, pensando que había alguien adentro de esas paredes.

—Rick, ahí la cámara se movió —dije señalando.

—Es tu imaginación, Zay. Rick, por favor, vámonos —dijo Shane, agarrando sus cosas y retrocediendo.

—Por favor, quien esté adentro, ábrenos —dijo Rick, mirando la cámara.

—Hay niños aquí, no nos puedes dejar morir, insensato —dije, casi rogando, mientras miraba la cámara.

—Zay, vámonos —dijo Rick, rendido, retrocediendo.

—No, no —dije, negando mientras me acercaba más a la cámara—. Por favor, ábrenos la puerta —le decía, mostrando a Ari—. ¡Tienes que tener humanidad! No puedes ser nuestro asesino —dije, mientras Rick me agarraba del brazo.

The Walking Dead 1 TEM / Rick Grimes y Zaira SterlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora