CAPÍTULO 13

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Sasuke volvió a la aldea en marzo, cuando el frío calaba los huesos. Soñaba con la calidez de Hinata, y sin embargo llegó directo a la torre hokague donde le esperaba más trabajo y las especificaciones de su nueva misión.

El siguien destino era la aldea del rayo. Su pasado con B era el obstáculo a superar para ver si lo aprendido en Suna era suficiente.

Solo tendría una semana para descansar e intentar predecir lo que le esperaba.

Kakashi no mostró piedad, le entregó informes que le obligó a leer ese mismo día. Eso solo le dió a entender que no podía equivocarse. Que no podía flaquear. Si su maestro lo estaba tomando tan seriamente, él debía de hacerlo aún más.

Ese día fue demasiado largo, demasiado cansado. Al entrar a su casa todo estaba limpio, sin polvo a pesar del tiempo que no había estado ahí.  había comida en el refrigerador y olía a flores. Kakashi le hizo saber que Hinata no estaba en la aldea y que llegaría cuatro días más tarde, pero seguro ella lo estaba esperando.

Los días antes de verla le sirvieron para descansar y tranquilizar su mente.

Conforme se iba acercando el tiempo de regresar a la aldea su impaciencia crecía, y crecía. Si ella hubiese estado ahí seguro esa noche no la abría dejado regresar a su casa y eso no podía ser.

Por otro lado Sakura no tardó mucho para estar tras su puerta golpeando con la insistencia de siempre aunque sería la última vez. Ese día le dejó claro que no la veía como ella quería que lo hiciera, fue triste, no le gustó verla tan derrotada, pero no podía dejar que siguiera considerando un futuro a su lado, entre más rápido se hiciera a la idea, menos sería el dolor cuando por fin se hiciera público lo que tenía con Hinata.

Dos días después Naruto regresó de una misión y fue directo a verlo. Se había acabado la comida que Hinata le había dejado y se habían peleado por ese motivo. Aún así fue agradable la compañía su amigo. Después de un año en donde no había pasado ni un día sin convivir con alguien, esos dos días encerrado en su casa no sentaron bien en sus emociones.

Al día siguiente sentado en el sofá de la sala mientras leía unos documentos escucho las pisadas apresuradas afuera de su casa y después la puerta se abrió con impaciencia. Cuando Hinata lo vió no pudo evitar las lágrimas y saltó sobre el. Los besos no faltaron, fueron el lenguaje utilizado para expresar cuando se habían extrañado. Después se abrazaron por largo rato.

— ¿Te portaste bien? — dijo Sasuke solo para romper el silencio. Confiaba ciegamente en ella, aún cuando verla cerca de otro hombre le molestará, lo cual no tenía nada que ver con ella, si no con sus propias inseguridades y él lo entendía, su cerebro lo entendía, pero aún no podía controlar sus emociones, tal vez algún día lo lograría.

Hinata asintió sin borrar esa sonrisa de alegría que le causaba verlo — ¿Cómo te fue?

— Bien, pero en tres días me voy a Kumogakure — no evito que cierto desagrado cruzara por sus ojos.

Eso inevitablemente la hizo perder gran parte de la felicidad que sentía — ¿Por cuánto tiempo?

— Un año.

Hinata se volvió a abrazar a él — ¿Y después regresas a la aldea?

— Sí todo sale bien, la siguiente aldea sería Kirigakure y puedo regresar a la aldea para continuar aquí, pero si no entonces primero tendría que ir a Iwagakure y después a Kirigakure y después regresar. Pero no tienes que preocuparte, lo voy a hacer bien — dijo y después le dedicó una mirada burlona — Y tú pensabas que en un mes.

Hinata se alejó para sonreír y contratacar — tú querías ir ese mismo día.

Sasuke le acaricio el cabello, tomó un mechón. Hinata no lo había cortado a lo largo de ese año, el fleco ya lo podía poner tras de su oreja. Se llevó el cabello hasta sus labios y lo beso. Olía a flores, como toda ella. Después su mirada se centro en los labios de Hinata antes de reclamarlos instando con su lengua a abriles paso. Fue un beso largo, ninguno de los parecía querer separarse, las manos de Sasuke se aferraban a la cintura de Hinata con fuerza y ella lo abraza por encima de los hombros.

El sonido de golpes en la ventana les llamó la atención. Ambos miraron a un Naruto que los miraba con la boca abierta.

ARREPENTIMIENTO II-BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora