CAPITULO 5

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Esa noche por fin pudo dormir, su cuerpo cayó con tal relajación que cuando los golpes en la puerta lo despertaron el creyó que habían pasado pocos minutos, pero el sol ya empezaba a iluminar el día siguiente, aunque aún podía percibirse cierta oscuridad ¿Quien sería tan temprano? ¿Una misión?

En cuanto abrió la puerta el corazón se le detuvo. Todo sucedió demasiado rápido, el ardor en su mejilla, el shock. Los minutos pasaron y el no hizo ningún movimiento. Se quedó ahí, sintiendo como su mejilla dejaba de latir, dejaba de doler. Cuando por fin pudo reaccionar ella ya no estaba.

¿Hinata, con sus ojos acuosos lo había abofeteado?

Regresó a la cama, talvez estuviera teniendo alucinaciones. No había dormido lo suficiente.

Cuando volvió a despertar el estómago le gruñía. Tomaría un baño para despertarse. El espejo lo dejó tieso, su mejilla estaba visiblemente roja ¿No había sido un sueño?

En la aldea se apresuró a una tienda, tomó dos pares de bolas de arroz. Estaba tan cansado que su mente no podía diferenciar la realidad, sus recuerdos se mezclaban.

De regresó a su casa empezó a comer sus bolas de arroz, esperaría a ver si volvía a alucinar, si esa noche se tornaba extraña al día siguiente buscaría ayuda médica, pero no fue necesario.

En el camino se cruzó con ella. Aparentemente venía de los campos de entrenamiento. Se detuvo en seco, con los ojos abierto, no estaba listo para ese encuentro. La vio temblar con las manos en puño. Se le aceleró la respiración, pero a ella más.

Hinata caminó hacia él - tú - dijo con la ira surcando su dulce rostro y sin poder decir nada más una nueva cachetada se estampó en el rostro de Sasuke. El ardor volvió con mas fuerza. Sin decir más Hinata lo dejó solo.

¿Acaso ella había recordado todo?

Con su mano masajeó su mejilla buscando disipar el ardor. Tenía la mano pesada.

¿Como debía proceder ahora?

Después de eso volvió a dormir. Se sentía tan relajado que solo caer a la cama quedó inconsciente.

Despertó al día siguiente. Una vez más alguien tocaba a la puerta, está vez se tomó su tiempo en despertar antes de salir. Si volviera a ser ella, no lo agarraría con la guardia baja, pero no fue así. 

Naruto lo saludo con una gran sonrisa.

- Buenos días, teme. Hoy vamos a entrenar ¿Quieres ir?

Sasuke se lo pensó un rato. Después de tanto dormir le vendría bien estirar los músculos.

ARREPENTIMIENTO II-BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora