Capítulo 18: EVENTO

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Alessandro

He cumplido y aquí estoy. Me dirijo hacia nuestra mesa, con mi hermosa acompañante a mi lado mientras escaneo el lugar, ash... todo tan ridículamente extravagante. Mas parece que buscan demostrar su alcance económico que ayudar a otras mujeres. Já.

Si no conociera a Beatrice Vanetto me creería todo ese teatro de mujer preocupada por las de su género, cuando la verdad es todo lo contrario, es una mujer venenosa y perversa.

Cuando mi padre tuvo el descaro de comprometerme mande investigar a toda esa familia, a fondo. Quería saber todo más allá de la información que manejamos como socio. Y lo que leí me dio risa, a cualquiera le daría miedo conocer la verdad sobre esa familia, pero a mi me dio risa la ironía de las cosas.

Beatrice es muy conocida por su fundación de ayuda a mujeres víctimas de violencia doméstica, y este evento se supone que es con el fin de recaudar fondos para la ayuda de esas víctimas. Todo bien hasta aquí, solo que hay un gran detalle que ella ni se imagina que sé sobre ella, y es que todo eso es una fachada y el medio perfecto para atraer mujeres que están solas, perdidas.

Si, Beatrice Vanetto es una perra que trafica con mujeres. Para ser más exacto, las prostituye.

Y por esa razón no quiero tener nada que ver con esa asquerosa familia. Su esposo, Lorenzo, no sabe sobre esto. Yo también creí que él estaba involucrado, pero resulta que su "buena" esposa maneja toda esta red sola.

Lo que significa que Chira tampoco esta al tanto de los negocios ilícitos de su ejemplar madre. Y hablando del demonio.

—Alessandro que honor tenerte esta noche. —saluda Beatrice con una entrenada sonrisa. Me pongo alerta cuando su atención pasa de mi hacia mi acompañante. —y veo que viniste con alguien mas esta noche. —suelta sin dejar de observarla.

—Si. Ella es Luana, mi pareja.

—¡Oh! —suelta sorprendida. —creo que no me actualizaron. Mi esposo me comento algo... —no acaba la oración.

—Lo siento, pero de lo que sea que hayan hablado fue sin mi participación. —le informo.

—Entiendo, como sea, le advertí a Lorenzo que sería una pérdida de tiempo. —dice sin una chispa de emoción alguna. Esta mujer no parece humana. —y definitivamente tenia mis propios prospectos para mi hija, pero ella es tan terca. —lo sé, esta mujer nunca demostró interés en mí como yerno y no es difícil saber por qué. Beatrice iba a casarse con mi padre.

En este mundo los matrimonios arreglados son algo muy común, y hace años mis abuelos habían acordado un matrimonio entre mi padre y Beatrice. ¿Qué paso? Se preguntarán, los Ferrara llegaron a la ciudad con la intención de invertir y hacer crecer su patrimonio. Pero mi padre se obsesionó desde el momento en que vio a mi madre por primera vez, y les ofreció un trato a los Ferrara si ellos le daban la mano de su hija mayor en matrimonio.

Estarán diciendo que yo herede eso de mi padre, aunque él fue más político a diferencia mía. Volviendo a la historia, los padres de Beatrice se sintieron burlados cuando se enteraron del compromiso ya que no fueron informados de nada, por supuesto porque el trato lo llevo a cabo mi padre sin comunicárselo a mis abuelos, que eran quienes pactaron el compromiso con los Rossi (padres de Beatrice)

A la semana mis padres contrajeron nupcias en una celebración bastante privada. Siempre supe que mi madre no amaba a mi padre, en cambio él, como era de esperarse, la obsesión se acabó y se volvió frío y distante con los años. Mi madre nunca interfirió en la toma de decisiones, ni siquiera cuando mi padre me lanzo la bomba de matrimonio con Chiara. Por lo que al igual que ella empecé a ignorarla del todo. Siempre fue ausente y descariñada, no se necesita ser muy inteligente para saber que nunca sintió amor por su único hijo, pero yo nunca fui tras ella rogándole por cariño.

Existe una sola mujer por cuyo amor soy capaz de luchar.

Volviendo a la actualidad, a Beatrice pareció no gustarle el desplante de mi padre, pero no porque lo amara, sino porque era mejor partido que Lorenzo con quien fueron a comprometerla después de todo lo ocurrido.

—En fin... —continua —es un gusto verte aquí, y espero ansiosa tu contribución.

—Por supuesto. —y se retira elegantemente.

Dirán que debo tener cuidado con esta mujer y tienen razón, aunque no tengamos conflictos y sumado a eso que no le hacia gracia la idea de compromiso entre su hija y yo, de igual manera tengo mis medidas de prevención.

El evento da inicio y solo permanecemos un momento allí con mi fierecilla como lo había planeado. Hago entrega de mi donación en nombre de los Morelli y me largo.

Vamos de salida cuando ella me pide un momento para dirigirse al tocador y me quedo parado esperando, pero no basto ni medio minuto para que Chiara me emboscara.

—Con que tu mujer ¿eh? —se burla, seguro lo que ocurrió a la entrada con los periodistas ya se esparció. —sabes Aless, es una pena —hace un puchero —realmente una pena porque nosotros hacemos una pareja estupenda, soy hermosa, todos los hombres me desean y matarían por meterse a mi cama y tu...—hace una pausa observándome de pies a cabeza —haríamos maravillas en la cama juntos, pero ¿una forastera? Apenas y habla el idioma Aless, sin mencionar que tiene una belleza tan común corriente, es tan ordinaria y ...—y es ahí cuando decido callarla de una buena vez.

—Si valoras tu patética vida cerraras el puto hocico en este momento. —esta rubia ya me tiene con las bolas llenas y ya no pienso seguir soportándola. —ella es mucho más mujer, más hermosa y ¿quieres saber más? —la fulmino mientras suelto —ella hace mil y mejores maravillas en la cama de lo que siquiera podrías imaginar. Y que sea la ultima vez Chiara que te cruces en mi camino porque si sigues pasando por alto mis amenazas, te eliminare sin importarme que seas una mujer.

De repente su expresión cambia y me deja perplejo. Es casi igual a la expresión fría e inhumana de su madre, y mil ideas cruzan por mi cabeza.

—Acabas de firmar su sentencia Aless... —¿Qué? ¿acaba de amenazarme?

—¿Qué acabas de decir?

Pero ella vuelve a la misma expresión de siempre para dar la vuelta e irse.

Saco el móvil, y marco a mi contacto.

—¿Sí? —contesta llamada casi de inmediato.

—Quiero saber en que esta metida Chiara Vanetto. Todo.

— Ok.

Corto la llamada y en eso veo a mi fierecilla acercarse.

—¿Ya nos vamos? Muero de hambre.

—Pero ¿no acabaste de cenar?

—No me jodas Aless, esas porciones de comida son una burla. —suelta indignada y se ve tan linda —ahora mismo quiero una pizza de pepperoni con borde relleno de queso y una Pepsi... ¡helada! —exige y quien soy para negarle nada a esta mujer, la tomo de la cintura pegando su cuerpo al mío para prenderme en sus labios.

—Tus deseos son órdenes.

INOLVIDABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora