Cap 2. 3

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     Jungkook se mantenía en silencio, a la misma vez que miraba su celular y marcaba un número, que, aún después de doce llamadas, seguía sin atender.
Era un estúpido, le llegó tanta información al momento, que no supo cómo sobrellevar la presencia de ese omega en el lugar.

     La Casa de Apuestas siempre estaba repleta de miradas cómplices y otras enemigas. Salir con él o pedir a uno de sus hombres que lo llevasen, daría a entender cosas que, literalmente, no estaban pasando.

     Y era ponerlo en riesgo de forma directa.

     Soltó un suspiro pesado y talló su rostro con sus manos.

     La probabilidad de que le pasase algo, aún si no lo relacionaban con él, era de un cuarenta por ciento; seguía siendo un omega, después de todo. No obstante, ese porcentaje iba en aumento si de repente, se les ocurría pensar que se conocían.

     Y solo por eso.

     Sí, definitivamente, obró mal. Hizo todo mal. Pasó todo lo que no quería. Todo por no querer mantenerse al margen. Debió dejarlo en paz desde la discusión en esa aula de clases. Pero, mierda, prefirió ir tras él y sacarle conversaciones estúpidas.

     Si algo malo le pasaba, iba a ser su culpa.

     Como si lo hubiese previsto, la puerta de esa oficina se abrió de par en par, dejando ver a Min Yoongi, que mantenía un celular en sus manos, el cual fue extendido a las manos del joven alfa.

     Jungkook lo miró por unos segundos, tomó el móvil y en la pantalla solo decía: “Número privado”. No esperó para acercarlo a su oído y escuchar una voz que, identificaba con claridad y que, también, le resultaba desagradable.

     —Escuché que el pequeño Jeon, por fin, está siguiendo los caminos de su difunto padre. Felicidades.

     —¿Te resultó placentero asesinarlo, hija de puta? —Soltó sin más, el menor.

     —Vaya educación. Así no se trata a una dama —dijo con un tono de burla—. Cuando te cases, ¿así tratarás a tu pareja? Mal, muy mal.

     —Dime de una maldita vez para qué llamas.

     —Para hablar de amor, educación, parejas… Oye, hablando de eso, sí que tienes buen gusto. Ese niño tiene una cara muy bonita, también su cuerpo. Aún no lo he mandado a desnudar, pero tiene unas piernas largas que cualquier funcionario de mediana y avanzada edad, gozarían. —Jungkook se petrificó, al entender, de inmediato, lo que estaba diciendo. —¿Hola? ¿Hay alguien en la línea?

     —¿De qué estás hablando?

     —Sabes perfectamente de qué estoy hablando. ¿Cómo es que se llama? Hmm, ¿Taehyung? —Soltó entre risas. —Después de todo, sí tienes un corazoncito. Qué lástima. En fin, de seguro estás mandando a rastrear esta llamada, pero no te preocupes. Te lo haré fácil. Te llegará un mensaje de texto con mi ubicación. ¿Sigues ahí? Holaaa~, ¿estás preocupado por ese bonito? Relájate. Vamos a negociar y estoy segura que estará bien. —Al decir eso, de inmediato, el menor empezó a reírse, al parecer, de la mujer.

     —Sra. Evah, creía que usted era más inteligente que esto —empezó a hablar, aún riéndose—. Ah, mierda, usted… ¿de verdad cree que puede utilizar a ese niño para extorsionarme?

     —Sí, estoy segura de eso.

     —Escúcheme con atención: ¿con cuántos como esos cree que he estado? Uno más, uno menos, qué importa. Al final, los omegas solo sirven para cogértelos e ir por el siguiente. Así como mi padre hizo con usted. Lástima… no pude estar con ese que, al parecer, atrapó.

TAUTON's SON [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora