TAUTON's SON [KOOKV]

Cap 4. 5

    Leah se mantenía en silencio, sentada en la banqueta de ese negocio que no había sido abierto en unas, mínimo, tres semanas. Sus ojeras y bolsas por debajo de sus ojos, daban por entender que no había dormido casi nada en todo ese tiempo.

     ¿Y cómo podría hacerlo? No conocía el paradero de ninguno de sus hijos.

     Apretó sus labios al pensar en aquello y dejó caer su cabeza.

     En eso, el ventanal se escuchó ser tocado unas dos veces y ella miró en esa dirección; esperaba al alfa que siempre la frecuentaba. No obstante, se sorprendió al ver que no se encontraba solo.

     No dudó en colocarse de pie y abrir rápidamente.

    —¿En dónde está Taehyung? —Le preguntó al joven alfa que venía detrás del otro.

     —Si me permite pasar, quizá, considere decirle —dijo Jungkook, mientras la miraba seriamente y esperaba a que la mujer cediera y los dejara pasar; sí fue así, puesto que ella dio un paso a un lado y dejó la entrada libre, dándoles a entender que tenían el permiso.

     Los dos hombres entraron; uno ya acostumbrado al lugar y el otro que observaba con detenimiento la zona.

     —Respóndeme —exigió Leah y el alfa menor la miró.

     —No vine a hablar de él —comentó Jungkook y se acercó a algunas macetas.

     —Entonces, váyanse.

     —No le interesa saber de Rowon, ¿entonces?  —Cuestionó Jungkook.

     Leah al escuchar ese nombre se quedó perpleja.

     —¡¿Fuiste tú quién lo sacó de casa?! ¡¿Qué más quieres de mi familia, diablo sin alma?! —Insultó entre llantos claros y talló su rostro de forma desesperada— ¡¿Qué-qué te hicimos?! ¡¿Qué te debemos?!

     —Lo único que podría interesarme de su familia, ya lo tengo —le aseguró a la mujer y la miró—. Menciono al niño porque está embarrado hasta las manos en esta situación. Y no por mi culpa.

     —Se-se claro —le pidió.

     Jungkook hizo media sonrisa, miró en dirección hacia un banco y notó una cantidad considerable de periódicos acumulados encima de él. Se acercó sin más y empezó a buscar entre ellos.

     —¿Sabía usted que… ese niño, Rowon, colaboró para que arrastraran el cuerpo sin vida de mi madre hasta La Casa de Apuestas? Como una burla hacia mí —le explicaba, mientras Leah se quedaba petrificada al escucharle—. Sé cómo se ve ese niño, su tipo de sangre, estatura…

     No pudo seguir hablando, ya que notó como la mujer se arrodilló ante él y empezó a rogarle.

     —Te-te lo pido, ha-haré lo que quieras, te lo juro, pe-pero no le hagas daño —temblaba y lloraba, mientras sus ojos no dejaban de mirar a aquellos oscuros que, al parecer, ya no tenían la capacidad de demostrar algún indicio de empatía—. Ro-Rowon no sabe na-nada de la vida, solo es un niño rebelde que no conoce el mundo.

     Jungkook soltó un suspiro pesado y asintió con simpleza.

     —Vamos a negociar, entonces.

     Leah frunció su ceño al escucharlo. ¿Qué podría interesarle a esa persona que ella tuviese en sus manos?

    ¿Su vida?

    ¿Su casa?

     Para nada…

     Y si….