TAUTON's SON [KOOKV]

Cap 4. 1

     Jungkook se encontraba en silencio, mirando cómo cubrían el cuerpo de esa persona con una sábana blanca.

     Nunca comprendió la lógica de su padre; nadar en dinero y a la misma vez, perder a los tuyos en el proceso.

      Al pensarlo, soltó una pequeña risa y negó con su cabeza. Las personas a su alrededor lo miraban extrañados, puesto que, ni una sola lágrima había salido por ese par de ojos cafés, pero sí una risa que, ante ellos, se notaba macabra, repleta de ironía, quizá mucha rabia.

     —Theo —habló por primera vez el alfa, después de mantenerse todo un rato en silencio.

      El nombrado se asustó al ser llamado y con pasos dudosos, se acercó a esa presencia escalofriante.

     —¿Se-señor? —Le avisó que tenía su atención.

     —¿En dónde está Min? —Preguntó, se colocó de cuclillas frente al cuerpo y notó que la mano de ese occiso había quedado por fuera de la sábana. En eso, la agarró y sacó un anillo que tenía una gran esmeralda incrustada.

     Eran las piedras preciosas favoritas de su madre. Las mismas que le traían de Colombia. Eran las piedras favoritas de la persona que había sido torturada y asesinada de la peor forma posible.

     —Mamá… —Murmuró el alfa y miró el anillo por unos segundos— ¿Debería pegarme un tiro en la cabeza y terminar con esta pesadilla? —Rió nuevamente y asintió— ¿A quién más debo ver morir? Ya no me queda nada, absolutamente nada.

     —Las cámaras captaron a dos personas —decía otro y se acercaba rápidamente.

     —¿En dónde estaba metido? —Preguntó Jungkook, con mucha rabia y lo miró— ¿Por qué no se dio cuenta que había salido de la casa?

     —Porque no salió por voluntad propia, la sacaron. Alguien sabe en dónde estamos ubicados y cada uno de los puntos ciegos que hay en ese lugar  —respondió Yoongi y soltó un suspiro repleto de frustración—. Además, estaba en la casa de la madre de ese omega.

     Jungkook volvió a mirar el cuerpo de la mujer, mordió muy fuerte su labio inferior y se colocó de pie, tomó el anillo y lo colocó en su dedo meñique. Quizá, le serviría para verlo y darse cuenta de la mierda inútil que él era.

     —Quiero ver esas cámaras —ordenó.

     —A leguas se nota que son hombres de Brashtol.

     —Debí asesinar a esa mujer cuando tuve la oportunidad —murmuró Jungkook, haciendo referencia a Evah, mientras caminaba en dirección a la Casa de Apuestas.

     Bien podrían pensar todos en ese momento, que tal persona no tiene sentimientos.

     Si Jungkook podía tener la oportunidad de ser honesto, debía admitir que estaba dándolo todo, si es caso, un poco más, para no caer derrotado en medio de esas personas.

     No podía permitir que lo vieran así; vulnerable. No puede.

     Cuando el líder flaquea, la pirámide se puede ir hacia abajo.