(38) Khaotung

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Capítulo 38 - Khaotung

—Tenemos compañía, —observa el hombre que va manejando el carro. Sus ojos siguen dirigiéndose al espejo retrovisor, y un hilo de esperanza surge dentro de mí. First. Tiene que ser él. Tengo que creer que First ha venido por nosotros. Que no va a permitir que muera así. Que nuestro bebé muera. El hombre a mi lado recoge su teléfono y hace una llamada, murmurando una serie de palabras indescifrables.

Esta de mal humor, y la voz al otro lado suena más enojada. Hay una pequeña granja más adelante, la cual sospecho es donde me llevan. Sólo hay un camino de tierra aquí, y estamos en ella. Lo cual significa que quien sea que esté detrás de nosotros nos tiene atrapados. Los hombres en el asiento delantero hablan en un rápido ruso mientras trato de voltear mi cuello para ver el carro detrás de nosotros. Está muy polvoso de todos modos, y al minuto que me volteo, el hombre a mi lado me jala del cabello y me voltea la cabeza. Me grita algo en la cara, lo que no entiendo, pero capto el significado lo suficientemente claro. Me hago una bola y mentalmente trato de prepararme para cualquier cosa que pase. Más adelante, las ventanas de la casa se abren, y los cañones de dos rifles se asoman. El conductor acelera el carro sin avisar y nos envía a dar tumbos hacia la esquina de la casa y hacia atrás. El carro a penas se ha detenido cuando alguien me jala fuera de él y me arrastra adentro de la casa. No me resisto, pero no lo detiene de lanzarme al suelo cuando entramos. Me arrastró bajo una mesa pero el momento no fue lo suficientemente rápido. Otra ráfaga de disparos surge alrededor nuestro, destrozando vidrios y paredes de la casa. No puedo ver dentro de la sala de estar, pero sé que por lo menos hay tres hombres más ahí. En adición de los tres que me trajeron aquí hace que sean seis. Si First está afuera, solo me queda preguntarme qué tipo de refuerzos tiene.

Mientras me lo pregunto, un golpe seco se escucha en el porche trasero por donde acabamos de entrar, seguido de un choque de vidrios de la ventana arriba del lavaplatos. Algo zumba sobre la mesa donde me estoy escondiendo y le da a uno de los hombres en la cabeza. Todo pasa tan rápido que durante el tiempo que me toma parpadear, está en el suelo con la mitad de la cara deshecha. Mis manos se dirigen a mi boca y lucho con las ganas de vomitar. Jesús. ¿En cuántas veces he estado en esta misma situación el día de hoy? Esto es exactamente por la que no quería ésta vida. No sé cómo fue posible olvidar eso en el tiempo que pase con First. Ahora tengo un bebé en quien debo pensar. Y no hay manera en la que permita que mi hijo crezca cerca de éste tipo de mierda. Otra bala vuela a través de la ventana y le da a otro tipo más. Su cuerpo hace un sonido espantoso mientras cae al suelo y no me puedo obligar a mirarlo. Cierro mis ojos y cuento hasta diez, y en esos diez segundos hay otro golpe seco. Y luego alguien me agarra, arrastrándome fuera de debajo de la mesa y pone mi cuerpo frente al de él. Está gritando algo en ruso cuando la puerta trasera se abre de un solo empujón. Todavía hay disparos viniendo de la parte frontal, pero mis ojos están enfocados en la formidable figura parada en la puerta. Ojos color café chocolate se encuentran con los míos, y mis pulmones se llenan con tanta necesidad de aire. No me importa que más sucede a mi alrededor, lo único que tengo seguro es que todo está bien ahora. Él está aquí y yo estaré bien. Porque First siempre me salva. Le dice algo en ruso al hombre que me tiene agarrado, a lo que mi captor contesta. Estoy sorprendido que First sepa el idioma, sin embargo no debería. Éste hombre, nunca hace nada a medias.

La mirada de First se encuentra con la mía y levanta su arma, sé que silenciosamente me está diciendo que no tenga miedo. Debería. Debería estar sintiendo algo. Pero estoy congelado. Paralizado. En shock, creo. El hombre detrás de mí sube su cuchillo a mi garganta. First se mueve hacia adelante por instinto, pero se detiene cuando la cuchilla se inserta en mi piel. —Andrei.

La forma en la que First dice su nombre es una amenaza en sí misma. Su voz es mortal y calmada. Su cuerpo también. Para esto ha sido entrenado. Pero ni siquiera yo puedo dejar de notar la creciente rabia y miedo en sus oscuros ojos. Si hubiera alguna duda acerca de lo que siente por mí, es indudable ahora. —Tienes un lindo putito mi amigo. —Andrei arrastra la punta de su cuchillo por mi cuello—. Qué pena que no pude pasar más tiempo con el. Esta piel, me da la sensación que se vería tan adorable toda desollada.

"La Muerte" × × [FirstKhao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora