Capítulo 13: El Plan de Rhode (Entre Humanos y Entidades)

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Rhode

El sonido del viento golpeando las ventanas llenaba la casa con un eco inquietante. Me recosté en mi cama, mirando el techo mientras mi mente vagaba en un torbellino de pensamientos. Las palabras de Axl resonaban en mi cabeza una y otra vez, como un disco rayado.

"Amor es solo una debilidad. No es algo que podamos sentir."

Aquella afirmación había salido de sus labios con tanta frialdad, tanta convicción, que por un momento casi le creí. Casi pensé que estaba en lo cierto, que seres como él eran incapaces de sentir algo tan humano, tan profundo como el amor. Pero luego recordé algo. Recordé las historias que había leído, las leyendas y los mitos en los que los seres más oscuros y poderosos habían caído bajo el hechizo del amor.

En mis libros, el amor era una fuerza imparable, capaz de cambiarlo todo. Era tanto una bendición como una maldición, algo que podía salvar o destruir. Y, sin embargo, era humano. ¿Qué significaba eso para Axl? ¿Podía él, un ser que parecía tan alejado de la humanidad, ser tocado por esta emoción tan pura, tan dolorosa?

Me senté en la cama y abracé mis rodillas. Miré alrededor de la habitación, una mezcla de confort y opulencia que parecía tan fuera de lugar en medio de todo este caos. Axl me había traído aquí, a esta casa extraña, y me había dado todo lo que podía necesitar. Ropa, comida, un lugar para quedarme. Pero ¿por qué? ¿Qué ganaba él con todo esto?

Empecé a pensar en lo que Axl representaba realmente: el caos, el desorden, la destrucción. Él era todo lo contrario a lo que siempre había conocido. Para él, el amor era una debilidad. Una trampa en la que los humanos caíamos una y otra vez, cegados por algo que, en su mente, no tenía ningún sentido. Pero ¿y si estaba equivocado? ¿Y si el amor era la única arma que teníamos contra él y su especie?

Un pensamiento empezó a tomar forma en mi mente. Una idea tan descabellada que, de alguna manera, parecía perfecta. Si Axl creía que el amor era una debilidad, tal vez podría usar eso en su contra. Tal vez, solo tal vez, podría enseñarle lo que realmente significaba amar. Y al hacerlo, podría encontrar una forma de debilitarlo, de hacerle ver que incluso él no era inmune a esa emoción tan humana.

Tomé mi libreta, esa en la que había estado anotando cada cosa que Axl me decía, cada detalle que descubría sobre él y su especie. Empecé a escribir rápidamente, dejando que mis pensamientos se vertieran en el papel.

"Voy a jugar su juego. Voy a ser una de esas heroínas de mis libros, la que se sacrifica por un bien mayor. Y si tengo que arriesgarlo todo para enseñarle a Axl lo que significa amar, entonces lo haré. Porque si hay algo que he aprendido de todas esas historias que he leído, es que el amor, aunque doloroso, siempre vale la pena."

Respiré hondo, sintiendo cómo la determinación se asentaba en mi interior. No sabía si funcionaría, no sabía si podía hacer que Axl sintiera algo tan ajeno a él. Pero tenía que intentarlo. Tenía que hacer algo por la humanidad, aunque eso significara ponerme a mí misma en el centro de este juego peligroso.

Me levanté de la cama y caminé hacia la ventana, mirando hacia el cielo oscuro y sin estrellas. Pensé en mi familia, en todas las personas que había dejado atrás en el campamento. En Copito, que dormía a mis pies, su respiración tranquila contrastando con mi mente agitada.

Cerré los ojos y me imaginé siendo una de esas heroínas. La que tomaba el destino en sus manos y no esperaba a que alguien más la salvara. La que luchaba, incluso cuando las probabilidades estaban en su contra. Y por primera vez en mi vida, sentí que podía ser fuerte. Que podía ser valiente. Que podía ser más que una simple chica que leía libros y soñaba con aventuras.

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