Gavi
Estoy sentado en las gradas, esperando a que Olivia salga a pista. Hay algo en la tranquilidad de este lugar que me hace sentir más relajado de lo habitual. El aire huele a hierba y cuero, y el sonido de los cascos de los caballos golpeando el suelo es casi hipnótico. Mientras espero, pienso que sería una buena idea hacerle una foto a Olivia cuando empiece a entrenar. Subirla a mis stories en Instagram podría hacer que todo esto de la relación falsa se viera más real.
Reviso el teléfono y ahí está. El mensaje de Laura sigue en la pantalla, esperando una respuesta. Lo leo otra vez:
"En serio, ¿no crees que podamos vernos? Es importante, tengo algo que decirte."
No sé por qué, pero no he contestado todavía. ¿Qué es lo que me tiene tan bloqueado? Antes hubiera contestado en el acto, con el corazón a mil por hora. Ahora... amigo. ¿Por qué dudo?
De repente, el sonido de la puerta de la pista interrumpe mis pensamientos. Levanto la vista justo a tiempo para ver a Olivia salir, caminando al lado de Eclipse. Su energía es contagiosa. Me saluda con la mano, eufórica, como si no hubiera pasase nada extraño entre nosotros, como si todo estuviera en su sitio.
Le devuelvo la sonrisa sin darme cuenta, mientras ella empieza con lo básico: algunos saltos, bajadas elegantes y movimientos precisos. Veo cómo trabaja con Eclipse de una forma que me fascina. La conexión entre ellos es increíble, y me pregunto cómo lo hace parecer tan fácil.
Pienso que este es el momento perfecto. Saco el móvil, enfoco y le hago una foto mientras está en plena concentración. Me gusta cómo ha quedado. Lo subo rápido a stories. "Increíble" , escribo en la descripción, sin pensar demasiado. No sé por qué, pero me siento... bien haciéndolo.
Guardo el móvil y vuelvo a centrarme en ella. Ahora está haciendo algo mucho más complejo, saltos y giros que apenas puedo seguir con la vista. De repente, la veo hacer una voltereta hacia atrás, pero algo no va bien. El apoyo es malo y cae rodando por la arena. Mi corazón se acelera y el pánico me golpea de inmediato.
—¡Olivia! —grito, levantándome de golpe.
Rita, su entrenadora, detiene a Eclipse y corre hacia ella. Y yo, como un puto mono, empiezo a bajar las gradas saltando de un escalón a otro, sin pensar, solo queriendo llegar hasta Olivia. Mi cabeza está en un solo lugar: tengo que saber que está bien .
Cuando llego, todavía estoy jadeando, esperando encontrarla malherida o algo peor, pero... no . Lo que encuentro me descoloca completamente.
Olivia está en el suelo, riéndose como si fuera la cosa más divertida del mundo.
—¡Oli, joder! —digo, entre asustado y cabreado—. ¡Eso no se hace!
Ella se levanta, sacudiéndose la arena de la ropa y sigue riéndose, con esa risa que empieza a resultarme peligrosa, porque me gusta más de lo que debería.
—Venga, Gavi —bromea ella, secándose una lágrima de la risa—. Era una caída tonta, no es para tanto.
—No es para tanto... —repito, enfadado pero sintiendo cómo la tensión empieza a desvanecerse—. Me ha asustado, de verdad.
—Pues lo siento mucho —dice, y se acerca para darme un golpecito en el hombro—. Pero estoy bien, ¿ves? —Da una vuelta sobre sí misma para demostrarlo—. Impecable.
A pesar de mi enfado inicial, no puedo evitar sonreírle. Es imposible no hacerlo cuando me mira así, con esos ojos brillantes y llenos de vida. ¿Cómo es posible que en cuestión de minutos pase de sentir un miedo terrible a querer reírme con ella?
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La chica de las volteretas [Pablo Gavi]
FanfictionGavi, estrella del FC Barcelona, está atrapado en una relación indefinida con Laura, una chica que parece disfrutar manteniéndolo en el limbo. Cansado del juego, y buscando una forma de llamar su atención de una vez por todas, Gavi se encuentra en...