Capítulo 10

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Pov Marielle.

Salí corriendo de casa mientras intentaba que la mochila, que seguía abierta, no acabara en el suelo con el portátil roto en dos.

No sé por qué, pero los miércoles siempre me levanto tarde y hago todo tarde, por lo que Liam se ha dedicado a pitar el claxon por cinco minutos seguidos. Siendo más claros, lo ha estado haciendo desde el lunes, ya que el domingo no crucé ni una palabra con él y eso pareció molestarle tanto que empezó a molestarme cada vez que se cruza conmigo.

Empezando por el claxon en las mañanas, tirarme gomas en clase, "accidentalmente" salpicar agua sobre mis apuntes, poner música a tope cuando quiero estar tranquila en casa o tocar mi cabello cada que le apetezca.

Conseguí cerrar la mochila justo al llegar delante de la puerta del coche. Él seguía pitando el claxon, yo abrí la puerta y tiré mi mochila en los asientos de atrás.

Antes de subirme lo miré con mala cara.

-¿Haces el favor de parar? - mascullé sentándome en mi sitio.

Con su arrogancia, se quitó las gafas de sol y me miró con una sonrisita que me puso de los nervios.

-Con todo el tiempo que tardas en arreglarte, me graduaría de dos carreras y tendría diez años de experiencia -dijo justo después de empezar a conducir.

No me molesté en responder, solo miré fijamente a la carretera hasta que me percaté que Liam había tomado otro camino.

-¿Qué haces? -pregunté enseguida, me incorporé para poder verlo mejor.

-Ya lo verás -respondió con total calma.

-¡¿Estás loco?! -grité -Vamos a llegar tarde y además de eso no tengo ganas de ir contigo a ningún lugar.

-Tranquila, estás muy borde.

-¿Perdona? -enarqué una ceja.

Tan solo un minuto después paró el coche dentro de un aparcamiento de un supermercado. Suspiró y entonces me miró, esta vez, con más seriedad.

-Tranquilízate, ¿vale?

-¿Pero no ves que lo que estás haciendo no tiene ningún sentido?

-Quién dijo que debíamos olvidar esa noche, ¿eh?

Parpadee sorprendida, no me esperaba que sacara el tema. No después de tres días.

-Yo -respondí.

-¿Y quién ha estado irritable desde esa noche?

No respondí.

»Responde Marielle, no me jodes más.

-¿Qué estás intentando hacer? -contraataqué.

-¡Pues que eres tú la que está dándole más importancia de la que deberías!

Seguido de su tono de voz alto vino el silencio incómodo, pude sentir mis nervios crecer dentro de mí. No tenía ni ganas ni fuerzas para afrontar lo que realmente puedo estar sintiendo.

-Eso no es verdad... -murmuré -Fue una tontería que no significó nada.

-¿Que no significó nada? -preguntó incrédulo -Marielle, para de mentirme a mí y a ti. Para de engañarte, por favor.

-No estoy engañando a nadie.

-¿Entonces por qué llevas tres días con esta actitud?

-No sé... No quiero hablar de eso ahora, para ya de reclamarme cosas -exclamé frustrada.

¿Te odio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora