C30- La verdad

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Mire a Charles con los ojos entre cerrados, al ver cómo ya iba por la quinta lata de cerveza.

- Esta mierda sabe asquerosa. -

Se quejaba mientras tiraba la lata de cerveza ya vacía a una pequeña bolsa.

- ¿Entonces... por qué sigues bebiendo?. -

Me queje, sin entender el porque sus acciones no coincidían con sus palabras.

- ¿Su impacto... es maravilloso?. -

Hablo obvio, sin ninguna sonrisa, como si sus pensamientos estuviesen fuera de lugar o de otro modo, lejos de la conversación en la que estábamos.

Decidí ya no responder, y mirar a mi al frente para evitar más desacuerdos como los que se habían presentado horas atrás.

- ¿Que era lo que habías pedido?. -

Pregunto de repente, pero segundos antes unas cuantas notificaciones habían saltado en su teléfono, sacándome evidentemente de todo lo que a cotejaba el momento y obligándome a mirarlo, quien ahora lo hacía era él, con su rostro neutro y detenidamente.

- Mi bolso, ¿Por qué?. -

Estaba confundida.

Su teléfono empezó a vibrar por una llamada saliente.

- Te lo traeré en un momento. -

Dicho esto, camino unos pocos metros y bajo las pequeñas escaleras que llevaban a la habitación del pequeño yate, y sin más contesto aquella llamada.

Mire atónita su espalda y me sentí un poco abrumada por su acción, no era necesario mentir para convivir.

Bufé cansada, frustrada y enojada, entre sus derivados. Me tape la cara con amabas manos para poder calmar todo lo ya mencionado.

Probablemente Lando estaría enojado conmigo por no asistir a su pequeña fiesta, pero me tenia sin cuidado el pensar en eso.

Siempre solía actuar tan paranoico y dramático.

Revisando mi teléfono, aparecía su nombre entre las pocas notificaciones que tenía, No estaba tan enojado por lo que podía interpretar en sus mensajes y una llamada entrante por su parte apareció esta vez.

< Estoy pensando en invitar
a Max a la fiesta. >

Escuche la voz de aburrimiento de Lando tras el teléfono.

< Hazlo, no estaba muy
contento hoy. >

Fue lo único que respondí, pues realmente no me importaba mucho lo que fuese a hacer el británico.

< Realmente eres molesta. >

Norris se quejó tras mi cortante respuesta, así que con un poco más de ánimo le aclaré que la situación se había tornado tensa en cuanto lo saludé hoy.

< Ya sabes cómo es Max cuando queda
En segundo lugar. >

Dijo el ruloso, haciendo notar que esta vez solo le importaba su victoria.

𝘌𝘭 𝘈𝘮𝘰𝘳 𝘘𝘶𝘦 𝘔𝘦 𝘊𝘰𝘴𝘵𝘰 𝘋𝘦𝘫𝘢𝘳𝘵𝘦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora