• Charles •
Lleve a Isabella al segundo piso del antro luego de decirle que lo que pasara con nosotros está noche no debería ponerla mal, después de todo ella y yo éramos los únicos que sabríamos la verdad.
Nos acomodamos en una mesa y pedimos unas cuantas botellas de cerveza para empezar a ponernos en ambiente.
La castaña no tardó mucho en ponerse cómoda con el ambiente, unos minutos mas tarde ella estaba bailando con unas chicas que le habían invitado en el pequeño balcón. Mientras yo seguía tomando y hablando con los de la mesa de al lado, y unas cuantas veces volteaba a mirar a la mujer que me acompañaba esa noche.
La castaña parecía haberse percatado de mis miradas algunas veces, aparentemente se había cansado de bailar con las muchachas.
Nuevamente estaba su cara amargada.
Al finalizar una de las tantas canciones se acercó a la mesa sin ningún tipo de vergüenza.
El alcohol estaba haciendo lo suyo y ofreciéndome la mano me saco a bailar de un solo jalón.
Habían puesto un ritmo urbano no era rápido, pero tan poco tan lento.
- ¿No dijiste que lo que pasara no iba a importar?. -
Me estaba retando con lo que yo mismo le había dicho.
- No sé cómo bailar esto. -
Respondí esperando a que se burlara o me dijera algún comentario pesado.
No lo hizo.
La castaña se dio vuelta dejándome a la vista su espalda descubierta por como era el vestido, tomo mis manos para luego ponerlas en su cintura.
- Déjate llevar. -
Dicho esto la castaña empezó a mover lentamente sus caderas de lado a lado.
Oh dios!
Su movimiento contra mi pelvis hacía que un calor intenso me recorriera por todo el cuerpo y mi piel se erizara.
A primera vista ella también lo estaba pasando bien, pues pocas veces echaba para atrás su trozo para poder agarrar mi cuello con delicadeza, tomar aire y seguir bailando.
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Canción tras canción, botella tras botella.
mis pies dolían, pero debía admitir que bailar con la canadiense me tramaba más que estar sentado comiendo ensalada y tomando champaña.
Ambos ya estábamos lo suficientemente borrachos como para decir cosas sin sentido.
"La Groupie" estaba sonando, nos animamos a bailar con más libertad y aproveché el momento para sentarme y descansar un poco.
El calor había aumentado mucho más, estaba sudando y mi respiración era demasiado agitada.
- Eres muy aburrido. -
Isabella se acercó a la mesa donde estaba sentado y se acomodó a mi lado para tomar otra cerveza y regular su respiración al igual que yo.
- No lo soy, estoy cansado tonta. -
Me reía mientras le decía la razón por la que estaba sentado y no la seguí acompañando en su baile.
- Última canción, debes admitir que me deseaste cuando baile pegada a ti. -
Solté una risa, me había pillado unas cuantas veces mordiéndome el labio inferior mientras bailábamos a lo bestia.
Accedí a bailar una última canción para luego irnos, pero antes terminamos de tomarnos la última botella que había, intercalando el turno para tomar.
Fuimos a lo prometido, bailábamos y cantábamos con emoción y pasión.
- Charles.. -
Isabella se dio vuelta se recostó en el borde del balcón y me acercó rodeando mi cuello con ambos brazos, yo con puse mis manos en donde ella estaba recostada.
Me acerco un poco más hacia ella a tal punto de juntar nuestros tabiques, una de sus manos agarro la mía y la posicionó lentamente en su cintura.
La escanee lentamente de abajo hasta sus ojos, luego puse mi otra mano en el otro lado de su cintura apretándola un poco.
La castaña soltó un pequeño jadeo y nuevamente su mano empezó a moverse, esta vez empezó poniendo dos de sus dedos en mi pecho para luego empezar a subirlos lentamente hasta llegar a mis labios y esta vez su pulgar fuera quien los tocara.
- Eres un poco idiota. -
Murmuro acercándose a mis labios.
- ¿Ahora porque?. -
Pregunte mientras volvía a apretar su cintura.
- Quiero que me beses. -
Me separé de ella lentamente.
- Estás muy borracha, te arrepentirás mañana. -
Agarre a la castaña de la mano y la lleve para bajar rápidamente, pero al parecer mi respuesta no era la que quería Sorni, pues me jalo de la mano para volver a pegarme a ella y esta vez no lo pidió.
Con las dos manos agarro mis mejillas y pegó sus labios con los míos, el beso estaba dejando de ser tierno para volverse penetrante.
- Tócame... Tócame Charles. -
Me pidió entre jadeos por el beso con pasión, me separé de la castaña y me acerqué a su oído lentamente.
- Te sacaré de aquí. -
La tome de la mano y bajamos las escaleras lo más rápido que pudimos, ambos al salir empezamos a correr hacia el hotel.
El deseo se había hecho evidente en ambos, y la cordura ya no estaba gracias al alcohol.
Al llegar subimos a las habitaciones, entramos a la mía y en cuanto estuvimos encerrados, la castaña se me acercó para mirarme, yo le regalé una mirada de igual forma.
Tome a la castaña por la cintura lentamente, y la empecé a besar fuertemente, ella me siguió el juego, decidí bajar hasta los muslos de la recién nombrada para poder alzarla y llevarla con mas facilidad a la cama.
Al hacerlo con delicadeza empecé a quitar sus tacones y empecé a dejar besos húmedos desde sus piernas hasta llegar a volver hacer contacto con los hermosos ojos color hazel de la Canadiense.
Nos habíamos vuelto a perder en la mirada del otro, pero por instinto volvimos a besarnos con pasión y mucho más deseo del que ya había antes.
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𝘌𝘭 𝘈𝘮𝘰𝘳 𝘘𝘶𝘦 𝘔𝘦 𝘊𝘰𝘴𝘵𝘰 𝘋𝘦𝘫𝘢𝘳𝘵𝘦
Romance¿Se han preguntado porque las personas a las que estamos dispuestas a dar alma y cuerpo no están dispuestas a dar todo por nosotros también?. Bueno, esta es la Historia de Isabella Sorni, quien esta comprometida por medio de un contrato con el pilo...
