𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 26

44 4 2
                                    

Cedric:

El sonido de la alarma de Elisabeth me retumba en el oído, abro los ojos despacio y tomo el teléfono como puedo para apagar la alarma, me cuesta encontrar el boton ya que no es el tipo de teléfono al que estoy acostumbrada. Lo peor de todo esto es que la dueña del teléfono está dormida con un pie sobre mi y con el cabello como un huracán.

Suspiro.

—Elizabeth. —la muevo despacio intentado despertarla, pero ella solo se acomoda más como si nada.

Miro el reloj, son al rededor de las 7:07 de la mañana, el avión sale a eso de las 10:15 y ella dura como dos horas alistandose. Me levanto de la cama quitándomela de encima.

Me pasó una mano por el pelo y luego camino a su lado de la cama.

—Elizabeth... —la vuelvo a mover pero está sigue durmiendo como nada.

"Se habrá quedado en coma mínimo"

Harto de toda la situación con el sueño la tomo de los pies y la jaló hacia la orilla de la cama, la escucho quejarse aún con los ojos cerrados.

—Ah... Cinco minutos... —pide aún queriendo acomodarse la descarada.

—De eso nada. —la tomo de los costados y me la hecho al hombro, ella me da dos golpes débiles en la espalda.

—¡¿Pero cuál fue el mal que yo hice para que no se me deje dormir?! —chilla aún con la voz adormecida.

—¿Quieres saber? Un momento. —me la quito del hombro y la tiro a la cama como bolsa de papas, ella se queja despierta por completo.

—¿Cual era la necesidad? —dice frotándose la espalda.

—Nuestro vuelo sale en más o menos dos horas, por si lo olvidaste. —se pone alerta de inmediato.

—¡Mierda, el vuelo! —se levanta rápido de la cama. —Pero si yo puse una alarma. —no puedo evitar poner los ojos en blanco.

Me acerco a mi maleta y saco algo que ponerme.

—Tomare una ducha.

—Yo también. —se levanta de la cama para buscar algo, la miro fijamente.

—¿Pretendes bañarte conmigo ahora? —ella se queda quieta por un momento antes de sonrojarse.

—¡N-No! Me refería cuando tú termines. —dice con voz más baja, avergonzada, una sonrisa se dibuja en mi rostro y me acerco un poco más.

—¿En serio? —me coloco frente a ella teniendo que bajar la mirada, mi sonrisa se hace más grande con su nerviosismo.

—A mi no me importaría bañarme contigo, total, se gasta menos agua. —mi voz se vuelve un poco más ronca y baja, acerco mi rostro al de ella ligeramente.

Se cruza de brazos.

—¿El multimillonaria, y CEO de una de las mejores empresas de londres esta queriendo ahorrar agua?

—¿Que no puede uno ser generoso ya? —sonrió con picardía y ella suelta un suspiró.

—Bueno, me encantaría aceptar tu propuesta pero tenemos que irnos al aeropuerto.

—Podemos poner un cronometro, así medimos los minutos que duramos en la ducha, y evitamos... excedernos. —insisto solo para ver su reacción, me encantaba ver esa cara de “no se que más decir " en su rostro, el sonrojo en sus mejillas, el sudor.

De alguna forma, verla tan incómoda he nerviosa me provocaba algo de satisfacción, verla así, tan imperfecta.

Finalmente me doy la vuelta y tomo la toalla en mi mano y camino hacia el baño.

ꨄ︎𝑆𝑒𝑛̃𝑜𝑟𝑖𝑡𝑎 𝑀𝑎𝑙𝑎 𝑆𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒ꨄ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora