Canción del Capítulo:
Crystal Fighters - Plage
Salgo de la ducha liada en unatoalla, tengo la piel arrugada después de la media hora en elhidromasaje...¿o quizás ha sido más? Dios, nunca he estado tanrelajada, incluso me he puesto el acústico de Sleeping with Sirenspara crear ambiente. Llevo cuatro horas en esta casa y puedo asegurarque podría acostumbrarme a esta vida.
Me seco un poco y uso la toallaa modo de turbante cuando vuelvo a la habitación para que no memoleste el pelo mojado mientras me visto y me echo los potingues enla cara, ya han aparecido las primeras pecas. Son monas pero claro,son el sinónimo de piel estropeada. Australia y piel sana no escompatible, acabaré con una sombrilla como la de Nicole Kidman. Mepongo un vestido negro corto sin mangas y unas sandalias y me recojoel pelo en un moño alto. Me miro varias veces frente al espejo, estevestido es nuevo y no me convence del todo, me hace la espalda muyancha, los brazos gordos y...
-¿Has terminado ya?-Michael measusta cuando habla desde el sofá, ¡ni si quiera le había visto!Está tumbado con el móvil en la mano y mirándome con impaciencia.
-¡Oh joder, ni te habíavisto!-grito a lo que él se ríe.-Si, he terminado-asiento cogiendomi móvil de encima de la cama. ¿He dicho que la cama es como paraseis personas? Jamás he visto una cama tan grande. Ni una habitacióntan grande a decir verdad.
Michael se pone de pie con unjadeo y espera que llegue hasta él para salir juntos de lahabitación. No levanta la vista del móvil y yo me pego a élmientras esperamos que el ascensor llegue a la planta. Me siento unavaga por no ser capaz de bajar dos pisos a pie pero...No, no tengoexcusa. Somos vagas y eso es todo.
-¿Qué haces?-le preguntomirando su móvil aunque no logro leer nada.
-Hablo con los chicos-odio quetengan un grupo y no quieran que Silvia y yo estemos dentro.
-¿Qué les pasa?
-Nada, queremos alquilar unacasa para la noche de fin de año y estamos buscando algunaguay-justo llega el ascensor y ambos entremos, pulso el botón de laplanta baja y vuelvo a él, abrazándole por la cintura y apoyando lamejilla en su brazo. Creo que no sigue enfadado por lo de su padre,por lo que sea que haya hecho su padre mejor dicho.
-Hueles bien-sonrío.
-Tú también-deja el móvil ypasa su brazo por mis hombros a la vez que me da un beso en lacoronilla.-¿Qué tal el hidromasaje?
-Flipante-me río.-Me he quedadocomo nueva.
-Si quieres podemos ir a un spa.
-Quieres hacer demasiadas cosasy llevo aquí sólo unas horas-levanto las cejas.
-Bueno, luego dices que sólopienso en dormir-se burla, justamente se abren las puertas delascensor y me empuja fuera.
-¡Es que sólo piensas eneso!-y le muerdo cariñosamente el brazo.
-¡Eh!¡No me muerdas!-me da unazote en el culo, no tan fuerte como me hubiese gustado. Ay joderestoy salida.
-Es que estás muy bueno-bromeoy esta vez le lamo.-¡Puag!-escupo y me limpio la lengua con elreverso de la mano.-¡Joder, te has bañado en AXE!
Michael rompe a reír y meempuja a andar con él hasta la cocina, yo sigo haciendo muecas deasco por el sabor tan asqueroso que se me ha quedado en las papilasgustativas. ¿Por qué coño los tíos se echan desodorante por todoel cuerpo? Es que hay veces que hasta la polla le sabe a AXE y no escoña. Varones del mundo dejad de hacerlo, el desodorante es para lasaxilas y la colonia para el cuello y las muñecas, no hagáis lagracia de echaros en vuestras partes porque es repugnante.