Canciones del capítulo:
Calle 13 - La vuelta al Mundo
Gotye - Somebody that I used to Know
Llevo tres días sin ver a Michael. El domingo, después del polvazo, hablamos con los demás y fuimos a comer al centro comercial para después pasar la tarde en la pista de Karts. Yo me dediqué a comer patatas fritas sentada mientras los veía hacer carreras. Michael es realmente bueno, ganó tres de cinco carreras. ¿Hay algo que a este hombre se le de mal? Si, tener paciencia, porque casi le parte la cara a un tío que hizo que se chocara contra un muro. Pero Ashton y Luke lo calmaron y se fue de la pista tirando el casco y tropezándose con el traje mientras se lo quitaba. Se fue fuera a fumarse un cigarro y después se sentó a mi lado cruzándose de brazos, sin hablar durante al menos media hora. Me preocupa que tenga que arreglarlo todo con violencia, pero a la vez me parece sexy, así que no le digo nada aunque sé que debemos hablar de ello. Nuestra relación sigue siendo rara, me sigue tratando como siempre y cuando veo a Luke y a Silvia besándose y agarrándose de la mano en público me da algo de envidia. Pero no quiero presionarle, quiero que esas cosas salgan de él y que esté cómodo con lo que ahora tenemos.
Esa noche cenamos pizza en casa pero Michael se sube a su habitación a estudiar, así que me despido de él y Luke me lleva a casa de camino a la de Silvia. Michael insiste en que duerma en su casa, pero no tengo ropa y no le haré madrugar para llevarme a casa y a clase mañana. Tampoco quiero que los chicos nos escuchen follar otra vez, no dijeron nada, pero me miran raro.
Con mucho pesar por no gozar de su compañía me voy a dormir con una de sus camisetas y un dolor de coño que ni yo me lo creo. Me ha reventado, es que cada vez que pienso en lo hecho esta tarde me pongo a cien. Pero tengo que dejar mis pensamientos pervertidos a un lado y quedarme dormida. Y los calmantes me ayudan.
El lunes en clase estoy amargada, sigo sin poder tomar apuntes ni hacer prácticas en arqueología. Hoy Chrissy no está por aquí, pero sus dos amiguitas no paran de lanzarme miradas. Yo paso, estoy con Bill y Tom a mi puta bola haciendo el tonto y criticando a la gente en alemán. Cuando salgo de clase Michael ya está camino al estudio, así que voy a comer otra vez a casa de los Kaulitz. Por la tarde me voy a casa dando un paseo y estudio hasta la hora de la cena. Luego toca Skype con mi abuela y a dormir pensando en Michael.
El martes y el miércoles es igual. Echo de menos a Michael y pasar tiempo con Bill y Tom no me hace no estar mirando constantemente Whatsapp. Él me dice que vaya a dormir a su casa, pero yo no quiero entretenerle ni hacerle madrugar, tenemos horarios distintos y eso es una mierda. Tampoco quiero agobiarle, sé que necesita estar solo aunque en su casa le cueste bastante.
Pero el Jueves al fin voy a verlo, el día es igual, con la diferencia de que Chrissy ha venido a clase pero no me la he cruzado. Michael me ha llamado nada más darme una ducha diciéndome que viene a casa y comprará pizzas, que hoy necesita desconectar de su casa y descansar un rato. Yo ya soy feliz, después de casi cuatro días sin Michael y teniendo pesadillas necesitaba dormir abrazada a él. Soy consciente, por todas las conversaciones que hemos tenido por whatsapp, que no va a llegar con ganas de follar, así que no voy a ponerme lo más sexy que encuentre. Me recogo el pelo en un moño y me pongo unos leggins negros y una camiseta gris vieja a modo de pijama y dedico el tiempo a recoger un poco la casa. Que ganas de que me quiten la puta venda y poder limpiar a fondo el piso. Ya no me duele, así que mañana iré a la enfermería y a la puta mierda, necesito tomar apuntes por mí misma.
Estoy aplicándome la crema hidratante en la cara cuando Michael toca a la puerta, alguien le habrá abierto abajo. Abro la puerta y lo tengo allí plantado, sonriendo como un bebé mientras sujeta una caja de pizza. Ya no recordaba las mariposas que siento revoloteando por mi estómago al verlo, ni el verde cambiante de sus ojos cuando él me mira, ni las ganas de besarle.
