Canciones del Capítulo:
Carney - Love me, Chase Me
Supersubmarina - Eres
El almuerzo en casa de Michael ha sido uno de los momentos más incómodos de mi vida. Sentía que estorbaba cuando estaban recogiendo, no podía hacer nada con la mano y tampoco podía bajar al salón porque no paraban de preguntarnos cosas sobre lo ocurrido anoche y sobre nuestra ''relación'', así que me encerré en la habitación de Michael para ver la televisión pero aún así escuchaba como seguían preguntándole cosas a Mike. No entiendo por qué tanto drama, si estamos como antes, ni si quiera nos liamos delante de ellos. No tenemos que hacer una rueda de prensa para decir ''estamos liados''. Michael al final acaba hasta los huevos y termina llevándome a comer fuera, todos empiezan a insistir en que nos quedásemos pero preferimos ir a comer a un restaurante chino. El capullo quería ir en su moto, pero gracias a Dios el bendito de Ashton nos dio las llaves de su coche. Mi esguince le molesta para follar pero no para montarme en moto, já.
Estar con Michael seguía siendo raro. No nos cogíamos de la mano, no nos besábamos, no éramos una pareja. Seguíamos bromeando, hablando de gilipolleces y picándonos por todo. Y me gustaba estar así, porque detrás de todo eso, veía las sonrisas y las miradas de Michael y sólo con eso sabía que ya era mío. Mío. No me gusta utilizar esa palabra refiriéndome a Michael. A él no quiero poseerlo, lo quiero libre y siendo así de natural. Quiero cambiar esa frase. Michael ahora estaba conmigo. No nos poseíamos, no quiero que sea una relación tóxica. Me han tratado tantas veces como un objeto que estoy cayendo en esa tendencia. Pero Michael, con su pelo tintado y su risa de bebé no es un objeto, es imposible pensar algo así.
Michael propuso ir a Starbucks después de comer, pero al final no nos dio tiempo, así que me llevó a casa de los Kaulitz y tras darme un beso me dijo que lo llamase esta noche para recogerme. Ese tipo de cosas me hacían darme cuenta de lo diferentes que eran Michael y Harry. El segundo jamás me llevaría a casa de dos chicos para que vaya al cine ni mucho menos me mandaría recuerdos para ellos y decirles que se apuntaran a unas cervezas.
Cuando llego a casa de los gemelos Bill estaba duchándose, así que me tomo un té con Tom mientras vemos un par de capítulos de Modern Family. Cuando Bill sale del baño les cuento todo lo ocurrido con Michael, excluyendo los detalles morbosos, y ellos no se sorprenden. Dicen que es más que obvio que acabaríamos juntos. Parece ser que era obvio para todos menos para mí.
Vamos al centro comercial y tras soportar otra pelea de los gemelos por la obsesión de Bill con la ropa, entramos al cine para ver la nueva de Drácula. Y de nuevo otra discusión por los asientos, a veces me agobio pero termino por descojonarme.
La película acaba, ha estado guay y sé que a Michael le hubiese encantado. Es temprano, así que ahora si que le concedemos a Bill el deseo de ir de compras. Nos hace recorrernos todo el maldito centro comercial y sólo se compra un pantalón y unas botas. Bill va refunfuñando todo el camino a su casa por no haber encontrado algo que ponerse para un evento de moda que tiene en unos días y Tom sólo empeora las cosas picándole.
Llegamos a su casa y preparan hamburguesas de espinacas que comemos en el salón viendo un canal alemán. Llevo todo el día hablando en alemán y me siento como en casa. Ellos me preguntan a menudo cosas sobre mi vida en Alemania, pero yo intento evitar el tema a toda costa y si no lo consigo me invento cosas. Saben que soy huérfana y que no tengo muchos amigos(me daba vergüenza reconocer que no tengo ni un puto amigo allí), pero nada más allá de lo básico.
-¿Os vais a venir a tomar algo con mis amigos?-les pregunto cuando acabamos de cenar.
-He quedado con una tía esta noche-dice Tom.