Genshin Impact (Gay) Collection

54: my reputation's never been worse

Autor: katraa

Pareja: Thoma x Ayato

Palabras: 4865

Advertencias: Smut

Original:
https://archiveofourown.org/works/38492320

Resumen:
Thoma era encantador, guapo, amable, benévolo. Thoma era el tipo de persona que ponía a sus amigos y a su familia por encima de todo, sin dejar de mantener su honor con la máxima lealtad. Thoma era la persona que querrías tener a tu lado.

Y Thoma era, frustrantemente, también un Alfa.

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Los ancianos dirán que Ayato superó todas las pruebas y tribulaciones que se le presentaron. Ni que decir tiene la gracia con la que asumió el papel de jefe del Clan Kamisato, con su hermana menor para encargarse de los asuntos públicos. Tampoco hacía falta decir que el hijo mayor del Clan había nacido Alfa y que lideraría con orgullo durante los años venideros. La imagen que pintarían sería magnífica, una de valor, honor y dominio.

(Pero.)

(Lo que los ancianos no te dirán es que aunque Ayato había nacido Alfa -para alegría y alivio de sus padres- no siguió siéndolo).

(Y todo fue culpa de Thoma.)

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Thoma ardía más que una supernova. Ayato estaba seguro de ello.

Cada vez que Thoma entraba en su órbita, Ayato sentía un cierto calor que le punzaba en la base del cuello. No se parecía a los impulsos que le invadían cuando entraba en un celo.

(Para Ayato, los celos los pasaba solo. Allí, luchaba incansablemente para superarlo, tragando supresor tras supresor hasta que la confusión desaparecía).

No, con Thoma, era un fuego envolvente que abrasaba a Ayato. A veces, si Ayato se quedaba mirándolo el tiempo suficiente, admirando la sonrisa fácil y la relajada inclinación de sus hombros, Ayato sentía en la boca del estómago el revuelo que le dolía si lo dejaba desatendido durante demasiado tiempo.

Thoma era encantador, guapo, amable, benévolo. Thoma era el tipo de persona que ponía a sus amigos y a su familia por encima de todo, sin dejar de mantener su honor con la máxima lealtad. Thoma era la persona que querrías tener a tu lado.

Y Thoma era, frustrantemente, también un Alfa.

El joven heredero se encontraba en una difícil situación. Durante su infancia, su vena competitiva sacaba lo mejor de ellos durante los duelos y las partidas de shogi. En la adolescencia, Ayato envidiaba el hecho de que su mejor amigo fuera imposible de marcar, de reclamar, de poseer, de controlar, pero sólo con la promesa de que Ayato lo cuidaría al máximo. Pero en su edad adulta, a Ayato llegó a disgustarle un poco menos esa desafortunada verdad, cuando se enteró por los rumores de que, aunque dos Alfas no podían marcarse, existía un conveniente resquicio legal para los románticos empedernidos y las almas juguetonas.

(Y no, en absoluto había oído esto de Yae Miko, que en absoluto se deleitó obscenamente con el pellizco de las cejas de Ayato cuando le preguntó si tenía en mente a cierto Alfa).

Había una solución: cambiar de género. Ayato lo descartó sin pensárselo dos veces; el proceso parecía difícil y sin ninguna promesa de éxito.

Pero cuando Ayato vislumbró a una criada acomodándose el pelo detrás de la oreja, con un rubor subido a las mejillas, ofreciendo inconscientemente su cuello a su amo de llaves? Ayato tuvo que reconsiderar su aversión al concepto. Lo haría.