Epílogo.

112 19 7
                                    

Hoy nuestro pequeño hijo cumplía 2 años, si 2 años desde que Santino había llegado a nuestras vidas.

El camino no había sido fácil, pero Santino seguía haciendo que aprendieramos cada día de él. Simplemente era un pequeño torbellino, que utilizaba sus dotes para convencer a todo el mundo de que se hiciera lo que él quería.

Era increíble la manera independiente en la que es y sobre todo su gusto por ir detrás del balón, claro, como su padre.

- Vamos a despertar a Santino -dijo Sus en la puerta de la habitación, quien ya traiga consigo un pastel.

- ¿En qué momento crecio? -me queje al momento que me ponía de pie.

- Sigue siendo un bebé -dijo con nostalgia.

- Deberíamos ir pensando en hacer otro bebé -sugerí con una gran sonrisa.

- ¿Crees? -pregunto y asentí- creo que debemos pensarlo mejor.

- En la noche te convenzo -dije haciendo que Sus soltara una carcajada.

Llegamos a la habitación de Santino, abrimos la puerta y la decoración que puso Sus momentos antes nos recibió, los globos y figuras de dinosaurios hacían que se viera alegre. Nuestro hijo ni si quiera escuchó el ruido que hicimos.

Saque mi teléfono y puse la famosa canción de las mañanitas, Sus comenzó a cantar, por su parte Santino simplemente la ignoró.

- Dice que ahorita no quiere nada -reí.

- Santino, mi amor, despierta -dijo moviendolo.

- No -respondió con su palabra favorita últimamente.

- Mi amor es tu cumpleaños -dijo Sus con una voz tierna.

- No -volvió a responder haciéndome reír.

- Ayúdame a despertarlo -se quejó.

- Santi, mira tu pastel -comenté y se dio la vuelta abriendo sus ojos.

- ¡Feliz cumpleaños Santino! -gritamos al mismo tiempo.

Los ojos adormilados de Santi se abrieron ante el pastel que tenia frente a él, su cabello despeinado caía sobre su rostro haciéndolo ver más tierno. Tomé mi teléfono y le tomé algunas fotografías ante la carita de emoción que tenia.

- Mira, la luz -dijo Santino viendo la vela que tenia en el pastel.

- Apaga la vela -pedí y sus ojos se posaron en los míos y mi corazón latió ante la emoción que siempre me causaba verlo.

- Si -dijo para después soplar.

- ¡Bravo! -festejamos haciendo que Santino aplaudiera.

- Ya eres un bebé grande -dije tomándolo entre mis brazos, mientras le hacía cosquillas- ahora una foto de los 3 - pedí y tomé la fotografía.

- Los amo -confesó Sus dándonos un beso a cada uno- ahora vamos a desayunar -informo.

Nos alistamos para ir a desayunar, subí a Santino en su silla especial, por su parte Sus ya estaba dentro del automóvil. Una vez que estuvimos listos partimos a un pequeño restaurante para desayunar.

- Me mando mensaje Fer, quiere llevarle un regalo a Santino -informe mientras desayunabamos- le dije que no es necesario.

- Seguro te dijo que es su sobrino y él le compra lo que quiera -respondió Sus haciéndome reír.

Desde que nació Santino, Fer ha sido un buen tío postizo, como se auto proclamó. Le había comprado muchas cosas, e incluso juguetes que ni siquiera podía utilizar por la edad.

Conspira Universo, Alan Mozo /TERMINADA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora