XXX.

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El fin de semana llegó, Alan junto al resto del equipo viajaron a la Ciudad de México para enfrentarse al América así que estaba sola en el departamento.
Me dispuse a disfrutar del partido en la sala, tenia a Coco dormido junto a mi.

A decir verdad el partido no estaba dando el gran espectáculo que se esperaba y se veía la desesperación en el equipo, en una jugada que llevaba Fidalgo llegó Alan y se barrió, pero como los ánimos estaban calientes terminó en un conato de bronca, se veía como corrían de un lado a otro, dando jalones, empujones y gritandose cosas entre todos, el árbitro estaba tratando de controlar la situación, pero obviamente esta lo sobre pasaba, poco a poco la situación se fue calmando y el árbitro repartió tarjetas amarillas a medio mundo, entre ellos Alan.
Para el segundo tiempo todo se tranquilizó, a pesar de los esfuerzos de todos no bastó y el marcador quedo en ceros. Las cámaras iban enfocando a todos, apareció Alan y se bastante molesto.

Aproximadamente una hora después de que terminó el partido mi teléfono anunció un llamada de Alan, deslice la pantalla para tomar la llamada.

- Hola -saludé.

- Amor te extraño -confesó y sentí una inmensa ternura.

- Nosotros también te extrañamos y queremos mucho -informé.

- ¿Nosotros? -escuché que pregunto casi riendo.

- Coco y yo, no pienses otra cosa -comenté.

- Ya sé -suspiró- me siento frustrado por no ganar y aparte me amonestaron, ¿puedes creerlo? -dijo.

- Si vi el partido, hicieron lo que pudieron. Aparte quien te manda andar peleando -reí- Mr. Pleititos.

- Ellos -acusó- ya quiero verte -comentó haciéndome sonreír- extraño demasiado dormir contigo, Fer ronca como oso -informó y de fondo se escuchó como Fer se quejaba haciéndome reír.

- Sus no le creas -escuché hablar a Fer.

- Es cierto, aparte habla dormido -acusó.

- No peleen -pedí riendo, los amaba cuando se ponían como niños.

- Adiós Sus, dejaré que esté siga llorando tranquilo -dijo Fer y se volvió a escuchar como seguían alegando entre ellos.

- ¿Qué haré con ustedes? -dije riendo.

- Cuando nos casemos podemos adoptar a Fer, así Coco tendrá compañía -dijo Alan riendo, lo cual me causó una gran sorpresa, pues nunca había mencionado el tema de casarnos.

- Cómo crees que vamos a hacer eso -comente tratando de que mi sorpresa no sea notada.

- Tienes razón, Coco no tiene la culpa de nada -se escuchó una gran carcajada.

- Me gusta escuchar que ya estas de mejor humor, aunque sea acosta del pobre de Fer -reí.

- ¡Nah! Por él no, es por ti -dijo y me hizo sonreir- ¿ya te vas a dormir? -preguntó.

- No, aun no, ¿por qué? -cuestione.

- Porque quiero seguir hablando contigo, en verdad te extraño -volvió a repetir. Me parecía demasiado extraño que me repitiera aquello.

- Yo también te extraño -suspire- ¿a que hora llegan? -pregunte, pues hoy mismo viajaban de regreso a Guadalajara.

- Supuestamente llegamos a las 2 de la mañana -suspiró.

- ¿Quieres que vaya por ti? -pregunté, pues ahora había dejado el vehículo en el departamento.

- No quiero que te despiertes, le digo al Piojo que me de rait -explicó.

Conspira Universo, Alan Mozo /TERMINADA/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora