XIII.- El amor es un juego perdido

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La lluvia golpeaba fuertemente el edificio. Pero ni el ruido ni el frio lograban entrar. Si no fuese por el aviso del clima en el celular de Mina, ella no habría tenido idea de que afuera hacia un temporal. Pero eso en realidad no le importaba en lo más minimo.

Sentada en su escritorio, no hacia nada más que esperar a que el uber que habia pedido finalmente llegara. Su mente, como siempre, estaba sumergida en distintos recuerdos y pensamientos los cuales no podía evitar. Su conversación con Hirame Minatozaki. Su discusión con Chaeyoung. Que si estuvo bien lo que dijo. Que si tomó una buena decisión.

Quizás fue un poco dura en su forma de actuar ¿Acaso la pasante se habrá sentido muy ofendida? Era una posibilidad. Sin embargo, Son no era una chica tonta. La actitud de Mina se evidenciaba a los lejos que no era provocada por sus sentimientos reales ¿Por que en unas cuantas horas pasaría de los abrazos a decir palabras hirientes?

Mina suspiró. La soledad se sentía mucho peor ahora que alguien había llegado a su vida. Chaeyoung era la única cosa buena que la oficina le había ofrecido en todos estos años de trabajo. Era su deber protegerla. Incluso si eso significaba tener que distanciarse de ella.

...

(La noche en que apareció Hirame)

Chaeyoung había bajado por el ascensor. Eso era lo único que importaba en ese momento. Mina no podía permitir que ella y el asesino de su madre estuvieran en el mismo lugar. No podía ponerla en peligro, aunque eso significara que ella se enfrentaría sola a ese hombre.

Él la sostenía del brazo con fuerza. Pero Mina se resistía al dolor. No iba a permitir verse débil.

—¿¡Que haces aquí!? —Le preguntó Mina.

Aquel hombre sonreía descaradamente.

—Soy tu superior. Solo vengo a hacer una supervision de rutina. Ya sabes, lo típico.

Mina lo observaba furiosa.

—He sido la mejor haciendo su trabajo en este lugar desde hace años ¿Y ahora resulta que necesito un niñero? —Su voz era amenazante.

—Si, que bueno. Ya te daremos un premio por eso. —Ironizó.— Tu sabes la verdadera razón. ¿Creías que podías esconderme a esa niña? ¿Esa tal Son?

—¿Escondertela? —Mina se hizo la desentendida.

—No te hagas la tonta. —Le soltó el brazo.— ¿Acaso no crees que es mucha coincidencia que la hija de la mujer que murió por el accidente de hace años, este trabajando justamente en tu oficina?

—¿Pero todo eso no fue obra tuya?

Hirame colocó cara de no entender.

—¿Obra mia? —La miraba extrañado.

—Jeongyeon la trajo a mi oficina. No sé que tramas tu con esa mujer, pero lo que sea no les funcionó. Chaeyoung no me odia.

El hombre comenzó a reír sin parar.

—¿Jeongyeon tramando algo conmigo? —Dijo entre carcajadas.— Porfavor. Esa mujer me odia tanto o más que tu.

—¿De que hablas? —Mina no lo entendía.— ¡Pero si tu y ella se acostaron juntos frente a mi cara!

Hirame dejo de reír.

—¿Acaso no has vuelto hablar con ella? —Preguntó.

—¿¡Y tu crees que volvería a hablar con ella después de lo que me hicieron!?

—Ay... Mina. —Comenzó a caminar hacia el despacho de la japonesa.— No pensé que fueras tan rencorosa.

Abrió la puerta, y entró como quien estuviera en su casa. Myoui lo siguió por detrás.

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⏰ Última actualización: Nov 14 ⏰

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Ella esta mal - Michaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora