Capítulo 1: La Chispa Del Conflicto

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Varios Días Atrás
En algún lugar del mundo

El eco de los golpes resonaba en la sala de entrenamiento, mezclándose con los jadeos furiosos de dos figuras que se movían con velocidad y precisión. Freen, con la mirada fija y los puños en alto, esquivaba los ataques de Becky, quien lanzaba golpes rápidos y certeros. Cada impacto que no alcanzaba su objetivo hacía que la frustración de Becky creciera, alimentando el fuego en sus ojos.

—¿Es todo lo que tienes? —provocó Freen, con una sonrisa arrogante mientras bloqueaba el último golpe con facilidad—. Pensé que eras más fuerte.

Becky apretó los dientes, deteniéndose solo por un segundo antes de lanzar una patada lateral que Freen apenas logró esquivar. Su pie impactó contra una de las bolsas de arena, haciéndola balancearse violentamente. La rabia de Becky era palpable, pero su control sobre la pelea comenzaba a desmoronarse.

—¡Cállate! —gritó Becky, lanzándose hacia adelante con los puños cerrados. Su furia estaba nublando su juicio, y Freen lo sabía.

Freen aprovechó el impulso de Becky, esquivando con elegancia antes de agarrarla por el brazo y lanzarla al suelo con un movimiento rápido y controlado. Becky cayó de espaldas, jadeando mientras intentaba recomponerse.

—Siempre te dejas llevar por la emoción —comentó Freen, aún con la misma actitud desafiante, mientras se inclinaba ligeramente hacia Becky—. Es por eso que nunca me alcanzarás.

Becky se incorporó rápidamente, el dolor físico eclipsado por el orgullo herido. Su respiración era rápida, sus manos temblaban por la mezcla de agotamiento y rabia.

—¿Qué demonios te pasa, Freen? —gruñó Becky, limpiándose el sudor de la frente—. ¿Por qué siempre actúas como si fueras mejor que todos?

Freen entrecerró los ojos, la tensión entre ambas era evidente.

—No es que yo actúe como si fuera mejor —respondió Freen, con una frialdad que cortaba como una navaja—. Es que lo soy.

La declaración cayó sobre Becky como una bofetada. Freen siempre había sido así: confiada, calculadora, nunca permitiendo que nadie la viera vulnerable. Pero esa actitud arrogante, esa superioridad, era lo que más irritaba a Becky. Cada día en la WSA parecía una lucha constante por demostrar quién era la mejor, y Freen siempre encontraba una manera de imponerse.

—¿Sabes qué? —Becky se levantó completamente, su mirada fija en Freen—. Odio trabajar contigo. Odio que pienses que eres indispensable. No eres nada más que una chica arrogante que cree que puede con todo.

Freen levantó una ceja, aparentemente impasible, pero sus ojos mostraban un destello de ira.

—Y tú eres solo una novata emocionalmente inestable que no puede controlar sus propios impulsos —replicó Freen, manteniendo su postura firme—. Es por eso que te derroté una vez más.

—¡Maldita sea, Freen! —Becky, completamente furiosa, intentó atacar de nuevo, pero esta vez, la fuerza de su propio golpe la traicionó. Freen la bloqueó fácilmente, tomando su brazo y empujándola de nuevo al suelo.

Ambas se quedaron ahí, con la respiración agitada. El silencio cayó sobre la sala, solo interrumpido por el sonido de sus respiraciones pesadas.

—Ustedes dos, ¡basta ya! —Una voz grave interrumpió la tensión. El jefe, conocido solo como "Nadie", entró a la sala, su figura imponente llenando el espacio—. ¿Qué clase de agentes se supone que son?

Freen y Becky se enderezaron inmediatamente, pero la ira entre ellas aún burbujeaba bajo la superficie. "Nadie" las miró con una mezcla de decepción y exasperación.

WSA: World Secret Agents Donde viven las historias. Descúbrelo ahora